Reflexiones

Wednesday, August 23, 2006

La tradición de las Cuatro Edades.

Del libro El cóndor herido de muerte
Del autor peruano Alfonso Klauer

En el seno de los pueblos andinos, esclarecidos sabios elaboraron y transmitieron, generación tras generación, una lúcida y sintética versión del largo proceso histórico que experimentaba el hombre en los Andes.
En su original y sugerente formulación que ha llegado hasta nuestros días por mérito del cronista andino Huamán Poma de Ayala los especialistas dividían en cuatro grandes períodos o edades la prolongada historia andina.

La sabia síntesis histórica, sorprendentemente, sólo fue registrada por dos cronistas: Huamán Poma de Ayala, en su Nueva Crónica y el Buen Gobierno; y fray Buenaventura de Salinas, en su Memorial de la historia del Nuevo Mundo. Valcárcel precisa, sin embargo, que “hay la más vehemente sospecha de que el religioso franciscano, antes de serlo, tuvo en sus manos el manuscrito [del cronista peruano]”.

La Primera Edad, de los Wari Wiracocha Runa –“Hombres creados por el Fundador”–, se remontaría a más de 6 000 años. Según la tradición, correspondería al período de los hombres primitivos que vivieron en refugios naturales, sin conocer el vestido.
La Segunda Edad, de los Wari Runa “Hombres Fundadores”–, correspondería a la de los pueblos que aprendieron a cultivar la tierra, a construir terrazas, a trazar canales de riego, fabricar sus vestidos, etc. “No había guerra entre ellos, pues eran pacíficos agricultores”– anotó el cronista –.
La Tercera Edad, de los Purun Runa –“Hombres de la Montaña”–, sería el tiempo de los diestros tejedores; de los arquitectos que usaron la piedra, fundaron pueblos, construyeron muchos caminos; de quienes explotaron minas, aprendieron a ser buenos orfebres, desarrollaron lenguas, organizaron ejércitos y entraron en guerra.
La Cuarta Edad, de los Auca Runa –“Hombres Guerreros”–, sería a su vez la de la multiplicación de las guerras por tierras y pastos. Se levanta fortalezas. “Las viviendas eran como escondrijos ante el temor de los ataques”–registró con especial y patético detalle Huamán Poma–. Los jefes más importantes eran llevados en andas y eran polígamos.
La “Tradición de las Cuatro Edades”muestra la convicción de los pueblos andinos sobre su remoto origen, y respecto de su secular ocupación del territorio de los Andes.
Sin embargo, una Quinta Edad –como afirma el historiador peruano Manuel Burga –, sería la de los Inca Pacha Runa, “donde numerosos señoríos étnicos Auca Runa se reordenan dentro de la organización imperial cusqueña”. Corresponde pues al período de hegemonía inka.
Todo parece indicar –conforme se ha indicado–, que la fuente original de esta notable y singular versión histórica, fue pues el cronista ayacuchano –chanka– Huamán Poma de Ayala.
Es muy significativo y sintomático que Garcilaso, cusqueño –inka–, y la mayoría de los cronistas, cuyos informantes fueron en gran parte también cusqueños –inkas–,no hayan recogido esa importante versión histórica.
Ello da pie para suponer que la singular tradición pertenecía pues al patrimonio cultural de la nación chanka. La “Tradición de las Cuatro Edades” bosqueja un largo proceso histórico en el que se alcanzó avanzados desarrollos culturales, como efectivamente han corroborado la Historia y la Arqueología. Para Garcilaso, en cambio, o, si se prefiere, para los historiadores inkas –en una gruesa distorsión de la realidad– el pasado preimperial inka fue una época de behetrías y salvajismo.
Podría suponerse que los sabios o amautas inkas, conociendo la “Tradición de las Cuatro Edades”, la silenciaron porque dejaba sin sustento –su eventual– y autoproclamada “acción civilizadora”. Es difícil, sin embargo, imaginar que dejaran pasar la oportunidad de apropiarse y reformular esa tan esclarecida versión, colocándose como protagonistas centrales.Al fin y al cabo, hay muchas evidencias de que, efectivamente, y aunque quizá de manera inadvertida, hicieron aparecer como propios muchos méritos que correspondían, desde muy antiguo, a otros pueblos andinos.
Al no hacerlo con la “Tradición de las Cuatro Edades”, lo más probable es, entonces, que simple y llanamente no accedieron a conocerla. La “Tradición de las Cuatro Edades” fue explicitada por Huamán Poma hace 500 años.
Pero su primigenia y legendaria formulación data sin duda de fecha muy remota.
Es asombrosa, sin embargo, la coincidencia entre el esquema general de evolución histórica que plantea, y el que hoy pueden ofrecer las Ciencias Sociales, mas éstas, con el auxilio de muchísima mayor información, métodos y conocimientos científicos más e-laborados, y modernas técnicas de auscultación y comprobación.
Ello, en todo caso, abona muy favorablemente respecto de los antiguos conocimientos de los pueblos andinos que, aunque de origen intuitivo y empírico, tenían sorprendente correspondencia con la realidad.
Debe resaltarse, por otro lado, que la formulación de la “Tradición de las Cuatro Edades” que hace el cronista andino ayacuchano es un típico caso de sincretismo cultural. El texto, en efecto, es una síntesis de la cosmovisión andina y de la cosmovisión europea occidental impuesta por los conquistadores españoles. Síntesis perfectamente comprensible en la mente de uno de los primeros bilingües quechua–hispano parlantes que, precisamente por esa razón, formó parte de las primeras generaciones de este tipo de mestizos.
No obstante, la propia cosmovisión de los chankas conquistados y dominados por los inkas –como ocurrió con los padres y abuelos de Huamán Poma– ya era sincrética. Porque sintetizaba la cosmovisión ayacuchana –chanka–, con la cosmovisión inka que les era extraña.
El pueblo inka

Recopilado por Gerson Elías .Lima 23 de Agosto 2006.

Saturday, August 19, 2006

Presencia Divina

Por Gerson Elias tema Soberanía

WAYRA
(LAS HUELLAS DE LA PRESENCIA DIVINA)
En el siglo XII aparece una aspiración al conocimiento ligado a una intuición original en constante relación al yo profundo. Y esta intuición debe ser considerada como efecto de una simpatía que transporta «al interior de un objeto», para coincidir con lo que en él hay de único y, por consiguiente, de inexpresable. Bergson ha mostrado cómo es posible hacer coincidir lo real con la conciencia en la medida en que se elimina cuanto pueda obstaculizar la aprehensión de lo real. Los monjes destruyen estos obstáculos por la ascesis de los sentidos y más aún del corazón, de ahí la importancia dada a la renuncia considerada en sus diversas formas. Sólo la mirada purificada puede captar la presencia del símbolo y percibir su significado.
Claro que los hombres del siglo XII no siempre saben distinguir por sí mismos los símbolos en las imágenes que pueden contemplar en las piedras de sus iglesias románicas. En realidad están dirigidos, enseñados y de algún modo conducidos. La atmósfera religiosa que los impregna les permite no errar y descubrir lo esencial, ya que «los hombres creen más gustosos aquello que les cuentan que aquello que observan». Esta frase de Alain es particularmente válida para la época que nos concierne, ya que son escasos los espíritus críticos que piensan por sí mismos, y no porque sean incapaces, sino porque el medio en el que viven no les incita a la libertad de pensamiento y expresión: otros piensan por ellos. Sin embargo, la mentalidad simbólica es innata en unos hombres íntimamente ligados y alimentados por el mundo de lo invisible, como un embrión es alimentado por la madre que lo lleva en su seno.
La percepción de la realidad del símbolo encuentra la realidad del yo profundo; por supuesto es importante no confundir este yo espiritual con la conciencia de orden psicológico. Por eso el hombre románico no sólo no se encuentra desorientado por la presencia del símbolo, sino que al contrario halla así su propia patria, comulga con lo que el símbolo expresa y percibe en sí mismo un eco de lo que capta. De igual modo que el niño distingue en lo que le rodea lo que necesita y discierne respuestas a sus preguntas, el hombre del siglo XII encuentra en el arte una respuesta a su apetito espiritual y a sus problemas.
El símbolo crea una relación entre la fuente original del hombre y su finalidad, es decir, conduce al hombre de su origen a su término, siendo origen y término igualmente divinos.
De la atención puesta en la búsqueda de la presencia divina nace la vigilancia ejercida respecto a los signos que la manifiestan. En su viaje terrestre el símbolo será el maná que alimenta al peregrino en su caminar por el desierto, y no sólo lo reconforta, sino que se convierte en una prueba de la acertada dirección de su orientación. Cuando la experiencia de Dios está viva en él, el hombre saborea este encuentro; si Dios parece ausente, el hombre busca signos, busca huellas, con el fin de encontrarlo.
Este origen y finalidad del universo románico, es importante que se expresen. El hombre percibe oscuramente la comunidad de suerte y destino que le une al universo, tanto más cuanto en él descubre una sacramentalidad constitutiva de su verdadero alimento espiritual. Este mundo, suspendido como está de Dios, se le aparece lleno de misterios que el conocimiento físico y cósmico no agota. Quiere describirlo, conocerlo y experimentarlo. Pero cuanto más misteriosa es una cosa, más inasible resulta en el lenguaje común. Lo sagrado es por excelencia lo que no puede circunscribirse con palabras. De ahí la relación frecuentemente evocada entre lo sagrado y lo secreto. Lo sagrado no pertenece al campo de lo profano; la realidad sugerida por el símbolo no es jamás ilusoria. Por ello es conveniente encontrar una especie de intermediario para traducir lo inexpresable. Así, en el diálogo del Cantar de los Cantares, el Esposo y la Esposa –lo hemos visto– deben recurrir para representar su amor a expresiones secretas para el no-iniciado, mientras en el lenguaje entre el servidor y su amo, los términos usuales son suficientes. ¿Cómo determinar la belleza del sol y su papel, el agua purificadora, el Paraíso con sus puertas y su árbol?, ¿cómo comunicar a los demás el poder de Dios y la extensión de su reino?; para que el Logos se revele, es preciso moldear la materia. Sea palabra o piedra, hay que darle una forma que desvele lo intraducible y tienda un puente entre dos dimensiones. De ahí la necesidad de recurrir al símbolo y a la imagen que los teólogos, los místicos y los artistas usan ampliamente en el siglo XII.
El símbolo crea una especie de transparencia, por él se opera una presencia de sí consigo mismo. El hombre está orientado, halla su yo verdadero y se encamina en una vía de liberación. El símbolo hace surgir el cuerpo espiritual o cuerpo de resurrección. Del mismo modo que existe una «capacidad de Dios» (capax Dei), podemos hablar justamente de una capacidad de los símbolos (capax symbolorum). El símbolo está lleno de vida, en la medida en que se percibe por un movimiento del alma que se dirige de la periferia hasta el centro. En nuestra existencia cotidiana, miramos y juzgamos según nuestro estado y nuestro punto de vista, y uno y otro se modifican constantemente. Las cosas son para una conciencia media exactamente lo que representan para ella. Lo mismo ocurre con el símbolo. Puede no ser captado por falta de visión.
Si lo ligamos al tiempo, su caducidad aparece de inmediato. En la medida en que se presenta como un modo de lenguaje, revelándonos un conocimiento, es el desvelamiento de una marcha ascendente que rompe con lo provisional, y por ello pertenece a una tierra transfigurada


¿Cómo pueden mis ojos que no son capaces de percibirse a sí mismos, afirmar haber discernido tu Esencia, y cómo puede mi corazón, ya impotente para comprender el significado de sus propias potencialidades, pretender haber comprendido tu naturaleza? ¿Cómo puedo afirmar que te he conocido cuando la creación entera está confundida por tu misterio, y cómo puedo confesar que no te he conocido, cuando, he aquí, todo el universo proclama tu Presencia y atestigua tu verdad? Las puertas de tu gracia han estado eternamente abiertas a todas las cosas creadas y los medios de acceso a tu Presencia han estado a disposición de ellas, y las revelaciones de tu Belleza inigualable han sido grabadas en todo momento sobre las realidades de todos los seres visibles e invisibles. Sin embargo, a pesar de este generosísimo favor, esta dádiva perfecta y consumada, me siento impulsado a declarar que tu corte de santidad y gloria está infinitamente exaltada por encima del conocimiento de todo salvo de ti, y que el misterio de tu Presencia es inescrutable para toda mente salvo la tuya. Nadie salvo tú puede desentrañar el secreto de tu naturaleza y nada salvo tu trascendental Esencia puede comprender la realidad de tu inescrutable existencia. ¡Cuán vasto es el número de aquellos Seres celestiales y todo gloriosos, quienes en el páramo de su separación de ti, han vagado todos los días de su vida y jamás te han encontrado!(1)
El propósito de Dios al crear el hombre ha sido y siempre será, el de capacitarlo para que pueda reconocer a su Creador y alcanzar su Presencia. Todos los Libros sagrados y las importantes Escrituras divinamente reveladas dan testimonio inequívoco de éste el más excelente objetivo, de esta meta suprema. Quienquiera haya reconocido la Aurora de la guía divina y haya entrado en su sagrada corte, se ha acercado a Dios y ha alcanzado su presencia, Presencia que es el verdadero Paraíso y de la cual las más elevadas mansiones del cielo son sólo un símbolo. Tal hombre ha logrado el conocimiento de la posición de Aquel quien está "a la distancia de dos arcos", quien se encuentra más allá del Sadratu'l-Muntahá. Quienquiera no le haya reconocido se habrá condenado a sí mismo a la miseria de la lejanía, que no es sino la nada absoluta y la esencia del fuego abismal. Tal será su destino, aun cuando en apariencia ocupe los más elevados puestos de la tierra y esté establecido sobre su más exaltado trono.(2)


. Tal es el grado de comprensión de esta gente despreciable y de miras estrechas. Esta gente ha imaginado que el flujo de la gracia de Dios, que todo lo abarca, y Sus abundantes favores, cuya interrupción ninguna mente puede concebir, se han detenido. De todos lados se han alzado aparejando los arreos de la tiranía, y han hecho los mayores esfuerzos para apagar, con las amargas aguas de su vana fantasía, la llama de la Zarza ardiente de Dios, olvidando que la mampara del poder protegerá dentro de su poderosa fortaleza a la Lámpara de Dios. La completa miseria en que ha caído la gente de seguro les basta, por cuanto han sido privados del reconocimiento del Propósito fundamental y del conocimiento del Misterio y Esencia de la Causa de Dios. Pues la suprema y más excelsa gracia conferida a los hombres es la de "llegar a la presencia de Dios" y reconocerle, que ha sido prometida a todos. Éste es el más alto grado de gracia concedido al hombre por el Todomunífico, el Antiguo de los Días, y es la plenitud de Su incondicional generosidad hacia Sus criaturas. De esta gracia y generosidad no ha participado nadie de entre esta gente, ni han sido honrados con esta muy exaltada distinción. ¡Cuán numerosos son los versículos revelados que dan testimonio explícito de esta importantísima verdad y exaltado Tema! Y, sin embargo, la han rechazado y, según su propio deseo, han desvirtuado su significado.
Así, Él ha revelado:
"En cuanto a quienes no creen en los signos de Dios, ni en que alguna vez Le encontrarán, ésos perderán toda esperanza de Mi misericordia, y les espera un castigo doloroso".31
También Él dice:
"Quienes tienen en cuenta que llegarán a la Presencia de su Señor, y que a Él volverán."32
También dice en otro lugar:
"Quienes tenían por cierto que habían de encontrarse con Dios, dijeron: '¡Cuántas veces, con el permiso de Dios, una hueste pequeña aplastó a una hueste numerosa!'"33
Y en otro lugar revela:
"Entonces, quien espera llegar a la presencia de su Señor, que haga una obra justa."34
Y también dice:
"Él dispone de todas las cosas. Hace sus signos claros, para que tengáis fe firme en que llegaréis a la presencia de vuestro Señor".35
Esta gente ha repudiado todos estos versículos, que inequívocamente atestiguan la realidad de "llegar a la divina Presencia". Ningún tema ha sido más enfáticamente afirmado en las sagradas escrituras. No obstante, se han privado de este elevado y exaltadísimo rango, de esta suprema y gloriosa posición.
Algunos han sostenido que "llegar a la Divina Presencia" indica la "Revelación" de Dios en el Día de la Resurrección. Si afirmamos que la "Revelación" de Dios significa "Revelación Universal", es claro y evidente que tal revelación existe ya en todas las cosas. La verdad de esto ya la hemos dejado establecida, en cuanto que hemos demostrado que todas las cosas son los recipientes y reveladores del resplandor de ese Rey ideal, y que existen y están manifiestos en los espejos de los seres los signos de la revelación de ese Sol, Fuente de todo esplendor. Es más, si el hombre mirara con el ojo del discernimiento divino y espiritual, fácilmente admitiría que absolutamente nada puede existir sin la revelación del esplendor de Dios, el Rey ideal. Considera cómo todas las cosas creadas atestiguan elocuentemente la revelación de esa Luz interior que hay dentro de ellas. Mira cómo dentro de todas las cosas están abiertos los portales del Ri¤ván de Dios, para que los buscadores alcancen las ciudades del entendimiento y sabiduría y entren en los jardines del conocimiento y poder. Dentro de cada jardín contemplarán a la novia mística del conocimiento interior, guardada en los aposentos de la prolación, llena de gracia y adornada con sus mejores galas.

La mayor parte de los versículos del Qur'án señalan este asunto espiritual y dan testimonio de él. El versículo "Ni hay cosa alguna que no celebre Su alabanza"36 es testimonio elocuente de ello; y "contamos todas las cosas y las anotamos"37, lo atestigua fielmente.
Ahora bien, si "llegar a la Presencia de Dios" quiere decir llegar al conocimiento de tal revelación, es evidente que todos los hombres ya han llegado a la presencia del Semblante inmutable de ese Rey sin igual.

¿Por qué, entonces, restringir tal revelación al Día de la Resurrección?
Y si afirmaran que "Presencia divina" quiere decir la "Revelación Específica de Dios", expresada por ciertos súfíes como la "Más Santa Efusión", si está esto en la Esencia misma, es evidente que ha estado eternamente en el Conocimiento divino. Suponiendo que esta hipótesis sea cierta, obviamente "llegar a la Presencia divina" en este sentido no está al alcance de nadie, ya que esta revelación está limitada a la Esencia más íntima, a la que ningún hombre puede llegar. "El camino está obstruido y es rechazada toda búsqueda". Las mentes de los predilectos del cielo, por muy alto que se eleven, jamás alcanzarán esta posición, cuánto menos podrá el entendimiento de mentes oscuras y limitadas.

Y si dijeren que "Presencia divina" quiere decir la "Re-velación Secundaria de Dios", interpretada como la "Santa Efusión", esto es claramente aplicable al mundo de la creación, es decir, en el reino de la manifestación primordial y original de Dios. Tal revelación se circunscribe a Sus Profetas y Elegidos, por cuanto nadie más poderoso que ellos ha llegado a existir en el mundo del ser.

Todos reconocen esta verdad y dan testimonio de ella. Estos Profetas y Elegidos de Dios son los recipientes y reveladores de todos los atributos inalterables y nombres de Dios. Son los espejos que veraz y fielmente reflejan la luz de Dios. Todo cuanto es aplicable a ellos es en realidad aplicable a Dios mismo, Quien es el Visible y el Invisible. Es imposible conocer y llegar a Aquel Que es el Origen de todas las cosas, si no es conociendo y llegando a esos luminosos Seres que proceden del Sol de la verdad. Por tanto, al llegar a la presencia de esas santas Lumbreras, se llega a la "Presencia de Dios" mismo. A través de su conocimiento se revela el conocimiento de Dios, y a través de la luz de su semblante se manifiesta el resplandor de la Faz de Dios. Mediante los múltiples atributos de estas Esencias del Desprendimiento, que son el primero y el último, el visible y el oculto, se hace evidente que Aquel Que es el Sol de la Verdad es "el Primero y el Último, el Visible y el Oculto."38 Lo mismo vale para los otros sublimes nombres y exaltados atributos de Dios. Por tanto, todo aquel que, en cualquier Dispensación, haya reconocido y llegado a la presencia de estas Lumbreras sublimes, resplandecientes y gloriosas, ciertamente ha llegado a la "Presencia de Dios" mismo y ha entrado en la ciudad de vida inmortal y eterna. Llegar a esa presencia sólo es posible en el Día de la Resurrección, que es el Día de la aparición de Dios mismo a través de Su Revelación que todo lo abarca.(3) Todos y cada uno de vosotros habéis sido llamados a la existencia con el fin de buscar su presencia y alcanzar esa exaltada y gloriosa estación. En verdad, El enviará desde el cielo de su generosidad aquello que os beneficie y todo lo que El os concede generosamente os permitirá prescindir de toda la humanidad. Verdaderamente, en ese Día la erudición de los sabios no servirá de nada y ni el talento de los exponentes del conocimiento, ni la pompa de las personas más altamente distinguidas ni el poder del poderoso, ni el recuerdo del devoto, ni las acciones del hombre recto, ni la genuflexión del adorador arrodillado, ni su postración o mirada dirigida hacia el Qiblih, ni el honor del noble, ni la realeza del que ha nacido en buena familia, ni la nobleza del de noble descendencia, ni el discurso del elocuente, ni los títulos de las gentes prominentes, ninguna de estas cosas les será de beneficio alguno, puesto que todo esto y cualquier cosa que hayáis conocido o comprendido fueron creadas por su mandato "Sé", y es. En verdad, si fuera su voluntad podría seguramente causar la resurrección de todas las cosas mediante una palabra suya. El es, verdaderamente y por en cima y más allá de todo esto, el Todopoderoso, el Pudiente, el Omnipotente.(4)

¡Oh Qurratu'l-'Ayn! Vuélvete ansiosamente hacia Dios, en tu Causa, pues los pueblos del mundo se han alzado inicuamente, y si no fuera por la efusión de la gracia de Dios y su favor hacia ellos nadie podría purificar una sola alma nunca jamás. 26 ¡Oh Qurratu'l-'Ayn! La vida futura es en verdad para Ti y para aquellos que siguen tu Causa mucho más beneficiosa que esta vida terrena y sus placeres. Esto es lo que ha sido preordinado de acuerdo con las disposiciones de la Providencia.. (5 ). pag49 SEBab coran24:21

Referencias;
-Wayra, signos señales
1.-pasajes de los Escritos pag 43.
2.-Cap29 PEB. Pág.-48.
3.-Iqan.-pag 88-89-90-91.
31. Qur'án 29:23.
32. Qur'án 2:46.
33. Qur'án 2:249.
34. Qur'án 18:111.
35. Qur'án 13:2.
36. Qur'án 17:44.
37. Qur'án 78:29.
38. Qur'án 57:3.
4.-Selecciones de los Escritos del Bab. Pág. 160
5.- pag49. Selección de los Escritos del Báb. Corán 24:21
Lima,19 de agosto del 2006. Gerson

La Espiritualidad en la Cruz

“Padre, perdónalos por que no saben lo que hacen”
Con el odio por un lado y la simpatía por el otro, Cristo estaba bendiciendo hasta aquellos que eran responsables por su crucifixión. No cabe duda que nadie puede matar a Cristo, Cristo es eterno .La santa cruz es la intersección de la vida mundana y la divina, la intersección del hijo del hombre y el de Dios .El hijo del hombre siempre muere, siempre sufre, siempre tiene miseria en el mundo .No hay ninguna excepción de eso.
Pero Cristo sufre deliberadamente para emancipar a la humanidad. Cristo muere voluntariamente para enseñar el camino de la inmortalidad.
La vida mundana o la vida física es una manifestación limitada de la vida eterna por el tiempo y el espacio. El que esta apegado a la vida mundana no sabe nada sobre la vida eterna: mientras que uno que sacrifica su vida mundana para cumplir “Tu Voluntad”la voluntad de Dios consigue la Resurrección. Cristo es el Espíritu Eterno en el cuerpo transitorio, no tiene ningún miedo de perder su vida la vida eterna .El sacrificio de la existencia física para el es un deber definido de acuerdo con el plan divino .Por esto, Cristo dice”el padre me ama, por doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, soy yo quien la doy de mi mismo. Tengo poder para darla y para volver a tomarla. Tal es el mandato que del Padre he recibido” S. Juan X. 17.18.
Entonces la Crucifixión de Cristo es voluntariamente, deliberadamente.
La crucifixión de Cristo no es simplemente un episodio o evento histórico es una verdad interminable es un ideal espiritual .Cada ser tiene que tomar su cruz. El que no toma su cruz y sigue en pos de Mi, no es digno de Mi .El que halla su vida, la perderá; y el que la perdiera por amor a Mi, la hallara”. S .Mateo X.38-39) Eso dice Cristo .La crucifixión es el camino del despego-“el que ama al padre o a la madre mas que a mi no es digno de Mi (S. mateo X 37
Uno debe tener fe en las palabras de Cristo”yo soy el Camino la Verdad y la Vida nadie viene al Padre sino por mi. Si me habéis conocido, conoceréis también a mi padre”juan XIV 6-7
Pero nadie debe creer que Cristo Habla de alguna persona histórica .Mas tarde dice Cristo mismo: Creedme, que estoy en el Padre y el Padre en Mi Juan XIV 11 En aquel día conoceréis que Yo estoy en mi Padre y vosotros en Mi, y yo en vosotros.”
Cristo es la luz del mundo (Juan 8,12) no es un pobre mortal .La gente común sabe muy poco sobre Cristo. Cristo asciende a nivel del cielo, y trata de levantar el nivel del cielo, pero ella trata de bajar el cielo y a Cristo al nivel mundano.
Según Cristo mismo;…vosotros no sabéis de donde vengo o adonde voy,.vosotros juzgáis según la carne…..”(Juan 8,15
La gente siempre pregunta donde esta su padre “y Cristo responde.”Ni a mi conocéis ni a mi Padre .Si me conociereis a Mi, conoceríais también a mi Padre. Juan 8,19)
Porque la gente confunde a Cristo con el cuerpo, con la carne de una persona histórica y confunde a Dios también con la existencia corporal .Pinta a cristo con pelo largo, y con barba larga y hace lo mismo con Dios también.
El espíritu es el que da la vida la carne no aprovecha para nada Las palabras que yo os he hablado son espíritu y vida, pero hay algunos de vosotros que no cree dice Cristo (Juan VI, 63-64)
Si los profetas murieron ¡Quien pretendes ser?
Respondió Jesús yo me glorifico a mi mismo, mi gloria no es nada, es mi padre que me glorifica, de quien vosotros decís que es vuestro Dios .Y no le conocéis, pero yo le conozco; y si dijere que no la conozco, seria semejante a vosotros, embusteros, mas yo le conozco y guardo su palabra. Abraham, vuestro padre, se regocija pensando en ver mi día, lo vio y se alegro, Pero los Judíos le dijeron; No tenéis aun cincuenta años y has visto a Abraham?.
Respondió Jesús; En Verdad, en verdad os digo; antes que Abraham naciera, soy yo. Juan VIII, 52-59) Entonces tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se oculto y salio del templo. En realidad cuando quiera un espiritualista trate de explicar la Verdad Eterna por su existencia propia, los convencionales ,los seguidores de la religión ritualista, le oponen y tratan de crucificarle también, sin darse cuenta que la voz del alma realizada no puede aplastarse debajo del montón de superstición y prejuicio La emancipación espiritual es el fin de la religión :La religión que trate de acortar la libertad espiritual del hombre ,pierde su autoridad sobre la humanidad y poco a poco se convierte en una profesión. La religión como una profesión es peor que la hechicería. Los ejecutores de esta religión no tienen ningún alma, y Dios en sus manos, se convierte en las imágenes pedregosas.
Charla de un espiritualista de la india. Tomado de las grabaciones de conferencia dadas por el Swami Tilak y Swami Jothy de la India en el año1973 Lima.
Preparado por Gerson Elías .Lima 19 de agosto 2006

Friday, August 18, 2006

La Belleza

Por Gerson Elías

“LOS PORTADORES DEL NOMBRE DE LA BENDITA BELLEZA SON LA ESPERANZA DE LAS MULTITUDES DESILUSIONADAS”

Todo lo que nos conduce en la dirección de la vivencia de la condición indivisa en cuestión constituye una llave para acceder a la vivencia de lo Bello en el sentido en el cual ello es indivisible de lo Bueno y de lo Verdadero. Suele sostenerse que los objetos naturales como los seres humanos, los animales o los paisajes, y los objetos artificiales como fábricas, tejidos u obras deliberadamente artísticas, pueden ser clasificados como bellos o feos. Sin embargo, nunca se ha encontrado un principio general de clasificación, y lo que parece bello para uno es descrito como feo por otro. En palabras de Platón: «Cada cual elige amar los objetos de belleza según su propio gusto» "La belleza es el esplendor de la verdad", afirmó Platón en El Banquete. Se trata de un diálogo en el que el tema fundamental es el amor. El hombre poseído de amor, según el discurso de Sócrates que recoge su discípulo en este diálogo, se siente atraído en un principio por un cuerpo hermoso y después por todos los cuerpos, cuyas bellezas son todas hermanas. Éste es el primer grado de amor. Sigo glosando el texto griego. El segundo grado del amor consiste en el enamoramiento de las almas bellas, de los sentimientos, de las acciones bellas, de las ciencias cuyo conocimiento inspira los discursos más bellos de la filosofía. Y por fin, el tercer grado es la ciencia de lo bello. "Hombre afortunado aquél a quien le es dado contemplar la ciencia de lo bello", escribe Platón, y prosigue en las palabras que pone en boca de Diotime, la extranjera de Mantinea: "Si alguna cosa da valor a esta vida, es la contemplación de la belleza absoluta" Tomemos, por ejemplo, el tipo humano: cada raza y, hasta cierto punto, cada individuo, tiene un ideal único. No podemos esperar un acuerdo final; no podemos contar con que el europeo prefiera los rasgos mogoles, ni que el mogol prefiera los europeos. A cada cual le resulta muy fácil, claro está, mantener el valor absoluto de su propio gusto y calificar de feos a los otros, al igual que el héroe caballeresco sostiene por la fuerza de las armas que su amada es mucho más hermosa que cualquier otra. De modo semejante, las distintas sectas afirman el valor absoluto de su propia ética. Pero es claro que tales pretensiones no son más que afirmaciones de prejuicios, pues, ¿quién puede decir qué idea racial o qué moralidad es «mejor»? Es demasiado fácil decidir que lo nuestro es lo mejor; a lo sumo tenemos derecho a creer que es lo mejor para nosotros. Esta relatividad en ninguna parte se sugiere mejor que en dicho clásico atribuido a Majnun cuando se le señaló que la gente en general consideraba que Laila distaba mucho de ser hermosa. «Para ver la belleza de Laila», dijo, «se necesitan los ojos de Majnun».
El pavo real despliega su bello plumaje para atraer a la hembra.
Esto se aprecia claramente en las palabras que sobre la mujer —para el varón, el más perfecto ejemplo de belleza y quizás puerta de acceso privilegiada a la vivencia de lo Absoluto— escribe el poeta y místico sufí Yalaladín Rumi: «La mujer es el tipo más alto de belleza terrenal, pues la belleza terrenal no es nada excepto en tanto que es una manifestación y un reflejo de los atributos divinos... Lo que es objeto del amor no es la forma... es la atracción de la belleza divina, mezclada en la adorable tierra, (lo) que estás besando con cien corazones día y noche... Cuando Iblis (el demonio) deseó que Dios le diera un medio de tentación que fuese irresistible, se le mostró la belleza de la mujer y se sorprendió con la revelación de la gloria divina: "era como si Dios brillara a través de un tenue velo". Apartando el velo de la forma, el poeta contempla en la mujer la belleza eterna que es la inspiradora y el objeto de todo amor, y considera a la hembra de la especie humana, en su naturaleza esencial, como el medio por excelencia a través del cual esa belleza increada se revela y ejerce actividad creativa. Desde este punto de vista ella es un foco del divino tayali y puede ser identificada con el poder vivificador de sus rayos.»
La verdad, la belleza, o la virtud que son la presencia de Dios en la intelecto, en forma, y en la voluntad son de hecho portales a lo divino.
La objeción se basa en la belleza corporal, dice Ez 28,17: Ensoberbeciese tu corazón de tu hermosura y se corrompió tu sabiduría
Pueden existir también objetos naturales u obras de arte que la humanidad sólo muy lentamente aprende a considerar bellos en algún sentido; la apreciación estética del paisaje desértico o montañoso por parte de Occidente, por ejemplo, no data de más allá del siglo diecinueve; y es bien sabido que artistas de la máxima categoría a menudo no son comprendidos hasta mucho después de su muerte. De modo que, cuanto más consideramos la variedad de la elección humana, más debemos admitir la relatividad del gusto.
Y, sin embargo, quedan filósofos firmemente convencidos de que existe una belleza absoluta, lo mismo que otros sostienen los conceptos de bondad y Verdad absolutas. Los que aman a Dios identifican estos absolutos con El y mantienen que Dios sólo puede ser conocido como belleza, Verdad y Amor perfectos. También está ampliamente extendida la opinión de que el verdadero crítico es capaz de decidir qué obras de arte son bellas y cuáles no; o, en palabras más sencillas, que puede distinguir las obras de auténtico arte de las que no tienen derecho a ser denominadas de ese modo. Al mismo tiempo, debemos admitir la relatividad del gusto y el hecho de que todos los dioses están modelados a semejanza del hombre.
. De hecho, el concepto de belleza y el adjetivo «bello» pertenecen exclusivamente a la estética y deberían usarse solamente en el juicio estético. Rara vez hacemos tales juicios cuando hablamos de los objetos naturales como de algo bello; generalmente queremos decir que esos objetos a los que llamamos bellos nos resultan agradables, práctica o moralmente. Demasiado a menudo pretendemos juzgar de esa manera una obra de arte, llamándola bella si representa alguna forma o actividad que aprobamos cordialmente, o si nos atrae por la delicadeza o alegría de su color, la dulzura de sus sonidos o el encanto de su movimiento. pero cuando juzgamos de este modo la danza de acuerdo con nuestra actitud de simpatía hacia el encanto o la habilidad del danzante, o el significado de la danza, no deberíamos emplear el lenguaje de la pura estética. Sólo cuando juzgamos estéticamente una obra de arte podemos hablar de la presencia o ausencia de la belleza,. Pero cuando la juzgamos desde el punto de vista de la actividad, práctica o ética, deberíamos usar una terminología que correspondiera, llamando al cuadro, canción o actor «hermoso» es decir, amable ( digno de ser amado), o de otra manera, «noble» a la acción, «brillante» al color, «gracioso» u otra cosa al gesto, etcétera.
Se verá ahora en qué sentido está justificado hablar de una Belleza Absoluta e identificar esa belleza con Dios. No queremos dar a entender con esto que Dios (que no tiene partes) tenga una forma hermosa susceptible de ser objeto de conocimiento, sino que en la medida en que vemos y sentimos la belleza, lo vemos y somos uno con El. El que Dios sea el primer artista no significa que creara formas, que habrían podido no ser hermosas si la mano del alfarero hubiese fallado, sino que todo objeto natural es una realización inmediata de Su ser. Esta actividad creadora es comparable con la expresión estética en su carácter no volitivo; ningún elemento de elección entra en este mundo de imaginación y eternidad, sino que siempre hay una perfecta identidad de intuición-expresión, de cuerpo y alma. El artista humano que descubre la belleza aquí o allá es el guru ideal de Kabir, que «revela el Espíritu Supremo dondequiera que se aplique su mente».
La belleza de la poesía y de todo discurso verbal radica en la conjunción de una hermosa expresión con un contenido elevado, quedándose perplejos el espectador y el oyente al no saber si la expresión es más bella que el contenido, o ambos por igual, ya que al observar cada uno de ellos la belleza del otro lo asombra, y, si observa los dos juntos, ambos lo dejan atónito. Tal poesía [el poema que está criticando] exige un corazón grosero, puesto que su expresión es delicada, pero su contenido es grosero . Si el contenido es feo, la belleza de la expresión no esconde la fealdad del contenido para el buen observador. A mi juicio, sucede igual que quien ama una imagen sumamente bella grabada en un muro y adornada con muchos colores, cuya forma externa es perfecta pero carece de espíritu. Y es que el contenido es respecto a la expresión lo mismo que el espíritu respecto a la imagen: es su verdadera belleza *

Hoy en día mucha gente se rige simplemente por la belleza exterior. Lo mas gracioso es que esas personas les preguntas sobre el tema y te lo niegan. Lo cierto es que ser guapo/a siempre parece facilitar las cosas, y es logico, lo bonito siempre atrae mas que lo menos bonito Sin embargo, si te paras a descubrir a esa persona que no es tan bella, te paras a verla detenidamente,de verdad te das cuenta que muchas veces te llena mas que cualquier otra persona mas atractiva. A pesar de todo, sigo creyendo que la hipocresía en cuanto este tema está siempre presente.
En el texto de Rumi encontramos expresiones dualistas propias de la tradición judeocristiana musulmana y de la filosofía platónica, que contraponen lo divino a lo terreno y representan la belleza terrenal como el "reflejo" de una supuesta belleza suprasensible. Cuando Rumi caracteriza lo absoluto como "bello", se entiende que se refiere a lo que he estado designando como Bello (con mayúscula) —o sea, a un uso simbólico del lenguaje que viola las leyes de la lógica pues, como lo supo hasta el mismo Plotino, lo absoluto no puede describirse en términos de dicha idea, que es relativa a "feo", tal como "bueno" lo es a "malo", "sublime" a "ridículo", y así sucesivamente—. Lo absoluto es lo que no es relativo; puesto que todo concepto y toda idea son relativos a sus contrarios, por contraste con los cuales se definen, y al resto de la constelación de ideas y conceptos, no es posible entender correctamente lo absoluto en términos de concepto o idea alguno.

Aparte de lo anterior, el texto de Rumi describe aptamente las razones tras el tipo más genuino de valorización estética. Una vez que la fractura dualista y la fragmentación nos hacen sentirnos separados de la totalidad que he llamado "Sí-mismo", la valorización estética más auténtica será la de los entes que sirven de puerta de entrada a la vivencia mística. Para el varón, los ojos de la hembra —y su presencia en general— pueden ser una privilegiada puerta de entrada a la vivencia de la totalidad que ha sido ocultada por el velo de la ilusoria individualidad.

En el plano del arte, la apreciación estética más profunda es la de las formas que afectan nuestra experiencia, induciendo la epoché estética y eventualmente proporcionando vislumbres de la vivencia mística. En términos del esquema de las eras, estas formas podrían haber sido el tema privilegiado del primer tipo de arte "duradero.(1.-
Y cuando quiera que contemples la creación en su totalidad, y observes sus mismos átomos, distinguirás que los rayos del Sol de la Verdad se extienden sobre todas las cosas y brillan dentro de ellas, y hablan de los esplendores de ese Sol, de sus misterios, y de la difusión de sus luces. Observa los árboles, las flores, y los frutos, y hasta las piedras. También aquí contemplarás los rayos del Sol derramados sobre ellos, claramente visibles dentro de ellos, y manifiestos a través de ellos.
Si, no obstante, volviera tu mirada a un Espejo, bruñido, inmaculado y puro, en el cual se refleje la Divina Belleza, encontrarías allí al Sol brillando con sus rayos, su calor, su disco, y toda su hermosa forma. Pues cada entidad independiente posee la porción de luz solar que le ha sido asignada, y que habla del Sol; mas aquella Realidad Universal en todo su esplendor, ese inmaculado Espejo cuyas cualidades son apropiadas a las cualidades del Sol reveladas dentro de Él, expresa en su totalidad los atributos de la Fuente de Gloria. Y esa Realidad Universal es el Hombre, el Ser divino, la Esencia que perdura por siempre. "Di: invocad a Dios, o invocad al Todo misericordioso; como quiera que Le invoquéis, muy hermosos son sus Nombres." (2.-
"En la medida en que el espíritu es más noble que el cuerpo, así, el espejo del alma, que refleja la belleza del arte eterno, es más hermoso que cualquier otro espejo y que cualquier otra belleza corporal" Uno de los grandes dilemas que enfrenta el mundo de hoy y, en general, la humanidad en sus períodos de revoluciones, es la confrontación entre los valores y principios, y los hechos sociales concretos
La belleza «subjetivizada»

El arte, bajo cualquiera de sus formas, es una necesidad esencial del hombre: que ejerce una influencia enorme sobre él y que plantea graves problemas a la sociedad moderna”(a).-considero asimismo que, igual que para descubrir la verdad y para amar y procurar el bien, para apreciar la belleza es necesario un empeño continuado, tendente a la adquisición de un conjunto de hábitos que nos connaturalicen con lo hermoso; gracias a ellos se instaura además en quien los cultiva lo que conocemos como buen gusto, mesura, delicadeza en el trato con las personas y cosas, prestancia, pudor, elegancia, compostura en las situaciones más diversas, etc.; me temo, por fin, que, como esa formación interior sólo se lleva a cabo en contadas ocasiones, buena parte de lo que hoy se ofrece a nuestros semejantes como «arte» y «cultura» los incapacita para apreciar el genuino y más hondo valor de la realidad o, si se prefiere, para el goce contemplativo de bellezas de más alto rango que las que frecuentan normalmente, y capaces de enriquecer de manera soberana su humanidad, a veces un tanto maltrecha o deteriorada.
“las personas que no llenan su cerebro están «vacías». No disponen de la herencia cultural que deben conocer para poderla usar, tampoco pueden buscar experiencias gratas, por ejemplo a través del arte, ya que también el arte exige aprendizaje y entrenamiento De lo único que pueden disfrutar es de las vivencias que crean éxtasis, por ejemplo las drogas, puesto que es la única clase de deleite que no reclama ninguna forma de disciplina o adiestramiento anterior” (b).

La cita, con los armónicos que evoca y a los que apunta, admitiría un cúmulo de comentarios. Basta señalar: por una parte, el desorbitado acostumbramiento de bastantes de nuestros conciudadanos a un bombardeo de impresiones, a veces desgarradas, en todos los ámbitos de la sensibilidad: desde el monótono mascar chicle o distraer el gusto con alimentos o bebidas más o menos exóticos, pasando por el sucederse de sonidos estentóreos, imágenes y cambios de luz en los momentos de diversión, hasta la exposición a sensaciones fuertes —el gusto por lo terrorífico, lo violento o lo macabro—, que despiertan y activan pasajeramente su emotividad; y), por otra, la proporción en que ese conjunto de incitaciones, que llegan a ser imprescindibles, contribuye —en su ausencia o incluso provocado por ellas mismas— a aletargar su inteligencia y, por ende, al aburrimiento casi endémico de tantas personas dentro y fuera del ámbito escolar y laboral. Tedio constituye una de las plagas más devastadoras del mundo presente y una de las claves para comprender actuaciones aparentemente inteligibles de nuestros contemporáneos y explicar la ausencia de auténtico crecimiento de desarrollo cultural de bastantes de ellos.(3
Kant distingue dos tipos de belleza: Belleza libre: es la que percibimos sin que sepamos nada del objeto contemplado. Es una belleza pura, no se tiene ningún tipo de idea que nos haga cuestionar su belleza. Belleza adherente: es la que depende del concepto que tengamos acerca del objeto al cual analicemos. Una Persona Bella: Es libre de elegir su propia vida, Es bondadosa y modesta, Es respetuosa con los demás, Es considerada y noble, Es justa y generosa, Su autoestima es elevada, Tiene dignidad, coraje y valentía, No se deja corromper por el poder ni la riqueza, Sabe amar, no tiene rencor y sabe perdonar, Reconoce sus limitaciones e intenta superarse, Tiene el don de la alegría y lo transmite. Belleza “Es la propiedad de las Personas y cosas que nos hacen amarlas, infundiendo en nosotros Deleite Espiritual”Las “cosas” solo tienen Belleza Física. Las “Personas” tenemos además Belleza Espiritual. La Belleza Espiritual es lo que marca la diferencia, es la que nos permite ser receptores y emisores de bondad, amor y belleza. Es con la que podemos cambiar el mundo.
Belleza y Majestad divinas, La Forma de Dios

Sobre el problema del antropomorfismo y la trascendencia divina, confrontanción de los o correlativos de oposición, representados por los conceptos de tanzÌhy taëbÌh un salto hacia delante para integrar ambos conceptos en una coincidencia oppositorum, que para él es la única que puede definir la divinidad y el mundo en toda su complejidad y en toda su profunda unidad. La imagen y lo invisible. ilustra la relación de contrarios del tanzÌh y el taëbÌh comparándola con términos árabes como, que significa a la vez blanco y negro, o al-qur’, que tiene sentido tanto de menstruo como de limpieza. Indica, en la perspectiva de Ibn ‘ArabÌ, acercamiento, mientras que tanzÌh implica el distanciamiento, la abstractio latina con el sentido original de aislar y alejar. Recordemos que en retórica taëbÌh significa también el símil o la comparación. “Su especulación no se inscribe en la identidad aristotélica. Ibn ‘ArabÌ instaura la unión de los contrarios como procedimiento de razonamiento, Los sentidos contrarios no se excluyen, uno no anula al otro: constituyen dos momentos diferentes y necesarios colaborando en el seno de una misma verdad.”
No es un procedimiento ficticio ni mecánico, sino una superación real de la dualidad
la conceptualización de la Majestad y la Belleza divinas. Mientras que la MAJESTAD absoluta se reserva para aquello que cae más allá de toda posibilidad de conocimiento humano, la Belleza se desdobla en dos niveles, uno superior, denominado por Ibn ‘ArabÌ Majestad de la Belleza , y otro, más cercano al ser humano, o Belleza en sí misma: “La Belleza provoca en nosotros dos estados: temor reverencial y familiaridad . Existen, por tanto, dos niveles de Belleza, uno elevado y, otro, cercano. Llamamos Majestad de la Belleza a la Belleza elevada, que es a la que se referían los gnósticos, quienes, al contemplarla, suponían que se trataba de la MAJESTAD absoluta antes mencionada”. La MAJESTAD absoluta es enteramente trascendente y aniquila. Pero la Majestad de la Belleza es familiar y apta para la contemplación humana: “hace posible que experimentemos una contemplación equilibrada comprendiendo lo que vemos sin turbarnos. Recibimos la revelación de la Belleza como exposición o aclaración gozosa que nos hace el Verdadero
Con el concepto (Majestad o Sublimidad) presente en ésta y en la generalidad
de las obras de Ibn ‘ArabÌ, el místico murciano participa de la “historia de lo sublime”,
El Corán es, para él, un texto eminentemente dual en el que a cada aleya le corresponde otra con un contenido antitético, y, por tanto, cada expresión coránica de la Majestad tiene su correlato en otra referida a la Belleza, formando lo que Ibn ‘ArabÌ denomina diferentes formas de correspondencia entre contrarios “No hay nada que se Le asemeje”, expresión que viene inmediatamente seguida de “Él es el Oyente, el Vidente” (ambas en Corán 42, 11),
Estos atributos de carácter “antropomórfico”, que aparentemente comparan al Creador con la creación, encierran a su vez, sin embargo, la trascendencia divina, toda vez que la Audición y la Visión divinas son de otra naturaleza, y, en el fondo, las únicas que son auténticas, con lo que el círculo se cierra de nuevo y retornamos al tanzÌh Todo esto conlleva, en el ámbito existencial, el que la permanencia del siervo con sus atributos dependa de la permanencia de Dios, pero, mientras que los atributos de perfección son inalterables en lo que a la divinidad se refiere, respecto a los siervos son accidentales y dependen de la preservación por parte de Dios. El gnóstico se queda prendado ante dicha preservación divina y cae en un estado
de contemplación ininterrumpida ante el enigma resuelto de la coincidentia oppositorum en lo que constituye el estado místico que, como vemos, consiste, a diferencia del estado beatífico descrito por al-GazªlÌ, en la comprensión de la Unidad existente entre tanzÌh y taëbÌh, en la universalidad insondable de la Forma/Belleza divina y, por tanto, de la Unidad Existencial:
la Belleza divina es todo él una versión o especificación de la idea de Unidad Existe.(4)

Referencias:
(PLATON: Diálogos: Fedón o la inmortalidad del alma. El banquete o del amor. Gorgias o de la retórica, Espasa Calpe, Madrid 1982 página 167).
.* Plotin, Ennéades, Texte établi et traduit par Émile Bréhier, Paris, 1924-1938,
1.-La finalidad y el significado del arte primordial Por Elías Carriles
2.- Quran 17; 110.- Recopilado por DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS DE LA CASA UNIVERSAL DE JUSTICIA (a)Jean MOUROUX,Sentido cristiano del hombre Palabra,Madrid2001, p. 90.
(b) Inger ENKVIST, La educación en peligro, Grupo Unisón ediciones, Madrid 2000, pp. 219-220.
3.-“El drama de nuestra época”Por Tomás Melendo Granados Catedrático de Metafísica Universidad de Málaga. La ruptura entre Evangelio y cultura”.
4.- David Estrada Herrero, Estética, Barcelona, Herder, 1988, pp. 633-673)..
Ibn ‘ArabÌ: Los dos horizontes (Textos sobre Ibn ‘ArabÌ), Murcia, Editora Regional, 1992,
amman.cervantes.es/Biblioteca/Fichas/Congreso%20Internacional%20sobre%20Ibn%20al-Arabi%20(1..%201990.%20M...
Otras referencias-
-Anales del Seminario de Historia de la Filosofía 2003, 20 69-78 69 ISSN: 0211-2337
-Selección de los Escritos de 'Abdu'l-Bahá .Pág. 42. Recopilado por DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS DE LA CASA UNIVERSAL DE JUSTICIA
- LA BELLEZA ES UN ESTADO. Ananda K. Coomaraswamy -- Fuente revista Ñ del diario Clarín. Buenos Aires ---R. Dumesnil Molinero --José Fernandez Vega

--Ibn ‘ArabÌ, Fut., II, p. 394. ) Belleza y Majestad divinas. La estética de Ibn ‘ArabÌ en la dialéctica del tanzÌh y el taëbÌh Anales del Seminario de Historia de la Filosofía 2001, 18: 31-60 ISSN: 0211-2337 José Miguel PUERTA VÍLCHEZ Universidad de Granada. -- María Dolores de Asís Garrote. Catedrática emérita de Literatura en la Universidad Complutense y Extraordinaria de la Universidad San Pablo-193.146.228.30/congresoV/ponenciasV/maria%20dolores.pdf
-- Kant .Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Belleza"
Loma 18 de agosto de 2006

El llamado divino del Heraldo Celestial.
Por José Elías
Tema soberanía

El Qá´im: El Que aparece (de la familia o linaje de Muhammad (Mahoma).El Báb .Cuando aparezca el Qá´im, ese día es el Día de la Resurrección”.(Qur´an 2:210)Los Musulmanes Shiáh esperan el Duodecimo Iman, el Mihdí para traer el reinado de la rectitud al mundo. El Báb se declaro Qá´im y la Puerta (Báb) aun Mensajero mayor; Aquel a Quien Dios hará manifiesto (Baha´u´llah.)
De ello da testimonio cuanto ha podido presenciarse en esta maravillosa y exaltada Dispensación. Miríadas de versículos sagrados han sido enviadas desde el cielo del poder y la gracia; sin embargo, nadie se ha vuelto hacia ellos ni ha dejado de aferrarse a aquellas palabras de los hombres, de las cuales ni una letra comprenden quienes las han pronunciado. Por esta razón la gente ha puesto en duda verdades indiscutibles como éstas, y se han privado del Ridván del conocimiento divino y de los prados de sabiduría celestial.
Ahora, para resumir Nuestro argumento sobre la pregunta: ¿Por qué no se manifestó en modo alguno la soberanía del Qá'im que fuera afirmada en el texto de las tradiciones escritas y transmitida por las brillantes estrellas de la Dispensación de Muhammad? Más bien ha sucedido lo contrario. ¿No han sido Sus discípulos y compañeros afligidos por los hombres? ¿No son acaso víctimas aún de la feroz oposición de sus enemigos? ¿No llevan hoy día la vida de mortales humillados e impotentes? Ciertamente, la soberanía atribuida al Qá'im que se menciona en las escrituras es una realidad de la cual nadie puede dudar. Sin embargo, esa soberanía no es la que falsamente imaginan las mentes de los hombres. Además, los Profetas de antaño, todos y cada uno de ellos, cada vez que anunciaron al pueblo de su día el advenimiento de la Revelación venidera se refirieron de forma invariable y específica a la soberanía con la cual necesariamente debía estar investida la Manifestación prometida. Así lo constatan las Escrituras del pasado. Esa soberanía no ha sido atribuida única y exclusivamente al Qá'im. Más bien, el atributo de soberanía y todos los otros nombres y atributos de Dios han sido y serán siempre concedidos a todas las Manifestaciones de Dios, antes y después de Él, por cuanto estas Manifestaciones son, como ya se ha explicado, las Personificaciones de los atributos de Dios, el Invisible, y los Reveladores de los misterios divinos.(1)

. El sabio y juicioso Manú ihr án no pudo resistir la tentación de visitar a tan extraño e inquietante personaje. Ante una selecta asamblea formada por los sacerdotes más dotados, él, georgiano de origen y cristiano de nacimiento, pidió al Báb que expusiera y demostrara la verdad de la misión específica de Mu ammad. A esta petición, que los presentes se sintieron obligados a declinar, accedió el Báb con presteza. En menos de dos horas, y en el espacio de cincuenta páginas, no sólo había revelado una disertación detenida, vigorosa y original sobre este noble tema, sino que también la relacionó con la llegada del Qá’im y el retorno del Imam Husayn, una exposición que impulsó a Manú ihr án a declarar ante la concurrencia su fe en el Profeta del islam, así como su reconocimiento de los dones sobrenaturales con que estaba dotado el Autor de tratado tan convincente.(2)



El Báb, aclamado por Bahá’u’lláh como
la «Esencia de Esencias», el «Mar de Mares»,
el «Punto alrededor del cual giran las realidades de los Profetas y Sus mensajeros»,
«de Quien Dios ha hecho que proceda el conocimiento de todo lo que fue y será»,
cuyo «rango supera al de todos los Profetas», y
cuya «revelación trasciende la comprensión e inteligencia de todos sus escogidos»,
había entregado Su mensaje y cumplido Su misión.
Él,Quien era, en palabras de ‘Abdu’l-Bahá,
la «Mañana de la Verdad» y
el «Heraldo de la Más Grande Luz»,
Cuyo advenimiento señalaba al mismo tiempo la conclusión de Su «ciclo profético» y el principio de Su «Ciclo del Cumplimiento», había disipado mediante Su Revelación las tinieblas de la noche que se habían abatido sobre Su país y proclamado el próximo surgimiento de ese Orbe Incomparable cuya irradiación habría de reagrupar a la humanidad entera. Él, tal como afirma Él mismo,
«El Punto primordial del que han sido generadas todas las cosas creadas»,
«uno de los pilares que sostienen la Palabra Primordial de Dios»,
el «Templo Místico»,
el «Gran Anuncio»,
la «Llama de Su luz excelsa que brilló sobre el Sinaí»,
el «Recuerdo de Dios» con relación a Quien «fue establecida aparte una Alianza con todos y cada uno de los Profetas»
había cumplido a una, con Su advenimiento, la promesa de todas las épocas y principiado la consumación de todas las Revelaciones.
Él, el Qá’im» («el Que Se alza») el que fuera prometido a los Sh í’íes,
El «Mihdí» («el Que es guiado») esperado por los sunníes,
el «regreso de San Juan el Bautista» esperado por los cristianos,
el «Ú ídar-Máh» al que aluden las escrituras zoroastras,
el «regreso de Elías» anticipado por los judíos, cuya Revelación habría de mostrar «los signos y prendas de todos los Profetas», Quien habría de «manifestar la perfección de Moisés, el brillo de Jesús y la paciencia de Job»

Había aparecido, proclamó Su Causa, fue perseguido inmisericordemente y murió con gloria. -Por fin había aparecido el «Segundo ay» que menciona el Apocalipsis de San Juan el Divino, y fue enviado el primero de los dos «Mensajeros», Cuya aparición había sido profetizada en el Corán.
Por fin había resonado el primer «trompetazo», destinado a golpear la tierra con exterminio y que anunciara este último Libro. «Lo Inevitable», «la Catástrofe», «la Resurrección», «el Terremoto de la Última Hora», predichos en el mismo Libro, había cobrado realidad. Los «claros signos» habían sido «enviados», y el «espíritu» había sido «insuflado», y
las «almas» habían «despertado»,
y los cielos «habían sido hendidos» y
los «ángeles» se«dispusieron en formación»,
y las «estrellas» fueron «borradas»,
y la «tierra» había «descargado su fardo»,
y el «Paraíso» había sido «acercado»,
y «se hizo arder» el «infierno», y
el «Libro» quedó «dispuesto», y
el «puente» fue «tendido»,
y la «balanza» había sido «establecida»,
y las «montañas esparcidas por el polvo».
--Se había cumplido la «limpieza del Santuario», profetizada por Daniel y confirmada por Jesucristo en Su referencia a la «abominación de la desolación».
El «día cuya duración será de mil años», prevista por el Apóstol de Dios en Su Libro, había terminado.
Habíanse agotado los «cuarenta y dos meses», durante los cuales, según predijera san Juan el Divino, la «ciudad Santa» sería hollada.
Se había inaugurado la «hora del final», y el primero de los «dos Testigos» a los cuales, «cumplidos tres días y medio» se les insuflaría «el espíritu de Vida de Dios», se habían alzado y habían «ascendido en una nube al cielo».
Se habían revelado las «restantes veinticinco letras que habían de ser manifestadas», de acuerdo con la tradición islámica, de entre las «veintisiete letras» de las que se decía que constaba el Conocimiento.
El «Hombre niño», mencionado en el Libro de la Revelación, destinado a «gobernar todas las naciones con vara de hierro», había liberado, mediante Su venida, las
energías creadoras que, reforzadas por las efusiones de una Revelación infinitamente más poderosa que pronto la sucedería, habían de dotar a la raza humana entera de la capacidad de forjar su unificación orgánica, lograr la madurez y con ello alcanzar la etapa final de una era de evolución.
Habíase dado en el Qayyúmu’l-Asmá’ el toque de clarín dirigido al «concurso de Reyes y de los hijos de Reyes», el cual señalaba el comienzo de un proceso que, acelerado por los avisos posteriores de Bahá’u’lláh dirigidos a la compañía entera de los monarcas de Oriente y Occidente, habría de desatar tan amplia revolución en la suerte de la realeza.
El «orden», cuya fundación había de establecer el Prometido en el Kitáb-i-Aqdas, y cuyos rasgos trazaría el Centro de la Alianza en Su Testamento, y cuya armazón administrativa están erigiendo ahora Sus seguidores, quedó anunciado categóricamente en el Bayán persa. Se habían formulado y proclamado claramente las leyes que estaban destinadas, por un lado, a abolir de golpe los privilegios y ceremonias, las disposiciones e instituciones de una Dispensación decadente, y a colmar, por otro lado, el foso entre un sistema obsoleto y las instituciones de un Orden mundial destinado a sustituirlo.(3)

Considera que hasta el año en que habría de manifestarse esa Quintaesencia de la Luz está específicamente consignado en las tradiciones; sin embargo, siguen desatentos, sin dejar un solo momento de ocuparse en sus deseos egoístas. Según la tradición, Mufaddal preguntó a «Sádiq: "¿Qué dirás del signo de Su manifestación, oh mi maestro?" Él respondió: "En el año sesenta, Su Causa será revelada y será Su Nombre proclamado".
¡Qué extraño!; a pesar de estas explícitas y claras referencias, estos hombres han rehuido la Verdad. Por ejemplo, se ha hecho mención en las tradiciones del pasado acerca del dolor, encarcelamiento y aflicciones causados a esa Esencia de la virtud divina.
Está escrito en el "Bihár": "En nuestro Qá'im estarán cuatro señales de cuatro Profetas: Moisés, Jesús, José y Muhammad. La señal de Moisés es el temor y la espera; la señal de Jesús, lo que de Él se dijo; la señal de José, el encarcelamiento y la disimulación; y la señal de Muhammad, la revelación de un Libro semejante al Qur'án".
A pesar de esta concluyente tradición, que en lenguaje inequívoco prefigura los sucesos del presente día, no se encuentra nadie que haya prestado atención a esa profecía, y me parece que nadie lo hará en el futuro, excepto quien sea la voluntad de tu Señor. "Dios ciertamente hará escuchar a quienes sea Su voluntad, mas no haremos escuchar a aquellos que están en sus tumbas".( 4 )

¿Cómo -Nos preguntamos- explican ellos la tradición antes mencionada, tradición que en términos inequívocos anuncia la revelación de cosas inescrutables y la llegada de acontecimientos nuevos y maravillosos en Su día? Sucesos tan asombrosos crean tal disensión entre los hombres, que todos los sacerdotes y doctores sentencian a muerte a Él y a Sus compañeros, y todos los pueblos de la Tierra se levantan para oponérsele.
Así se ha consignado en el "Káfí", en la tradición del Jábir, en la "Tabla de Fátimih", acerca del carácter del Qá'im:
--- "Manifestará la perfección de Moisés, el esplendor de Jesús y la paciencia de Job.
---En Su día serán humillados Sus elegidos.
--Sus cabezas serán ofrecidas como regalo, lo mismo que las cabezas de turcos y deilamitas. Serán muertos y quemados.
-- El miedo se apoderará de ellos; la consternación y alarma aterrorizarán sus corazones.
- Se teñirá la tierra con su sangre. Llorarán y se lamentarán sus mujeres.
- ¡Éstos son en verdad mis amigos!" Reflexiona: ni una sola letra de esta tradición ha quedado sin cumplirse
En la mayoría de los lugares se ha derramado su bendita sangre;
en cada ciudad se les ha hecho cautivos, se les ha exhibido por todas las provincias y, a algunos, se les ha quemado.
Y, sin embargo, nadie se ha detenido a pensar que si el Qá'im prometido hubiera de revelar la ley y ordenanzas de una Dispensación anterior,
¿para qué, entonces, habrían de consignarse tales tradiciones, y por qué habría de suscitarse tal disensión y conflicto, que el pueblo creyera su obligación dar muerte a esos compañeros, y considerara la persecución de esas almas santas como medio de lograr el supremo favor?(5)

He aquí cómo, no obstante estas y otras tradiciones semejantes, vanamente sostienen que las leyes reveladas anteriormente no deben de ningún modo alterarse. Y, sin embargo, ¿no es el objeto de toda Revelación efectuar una transformación del carácter total de la humanidad, transformación que ha de manifestarse tanto exterior como interiormente, afectando su vida interior y sus condiciones externas? Ya que si no fuese cambiado el carácter de la humanidad, sería evidente la futilidad de las Manifestaciones universales de Dios. En el 'Aválim, libro autorizado y bien conocido, consta lo siguiente: "Aparecerá un Joven de los Baní-Háshim, Quien revelará un nuevo Libro y promulgará una nueva ley"; luego siguen estas palabras: "La mayoría de Sus enemigos serán los sacerdotes". En otro pasaje se cuenta que «Sádiq, hijo de Muhammad, dijo lo siguiente: "Aparecerá un Joven de entre los Baní-Háshim, Quien ordenará a los hombres jurarle lealtad. Su Libro será un nuevo Libro, y Él llamará a los hombres a prometerle fidelidad. Severa es Su Revelación para el árabe. Si oís acerca de Él, daos prisa en ir hacia Él". ¡Qué bien han seguido las instrucciones de los imanes de la Fe y de las Lámparas de la certeza! Aunque se expresa claramente: "Si escucháis que ha aparecido un Joven de entre los Baní-Háshim que llama a los hombres a un nuevo Libro Divino y a nuevas leyes Divinas, apresuraos a ir hacia Él", con todo, han declarado infiel a ese Señor de la existencia y Le han acusado de hereje. No se han apresurado a ir hacia esa Luz háshimí, esa divina Manifestación, salvo con espadas desenvainadas y corazones llenos de malevolencia. Además, observa cuán explícitamente se menciona en los libros la enemistad de los sacerdotes. A pesar de todas estas tradiciones claras y significativas, todas esas alusiones inequívocas e indiscutibles, la gente ha rechazado a la inmaculada Esencia del conocimiento y de la santa prolación, volviéndose hacia los exponentes de la rebelión y del error. A pesar de estas tradiciones escritas y de estas palabras reveladas, sólo dicen lo que les sugieren sus propios deseos egoístas. Y si la Esencia de la verdad revelara lo que les es contrario a sus inclinaciones y deseos, inmediatamente Le denunciarían como infiel y protestarían diciendo: "Esto es contrario a las palabras de los imanes de la Fe y de las luces resplandecientes. No se estipula nada parecido en nuestra Ley inviolable". Aun así, en este día, tan inútiles declaraciones han sido y siguen siendo formuladas por estos pobres mortales. (6)

Pondera en tu corazón estos importantísimos acontecimientos, para que comprendas la grandeza de esta Revelación y percibas su gloria asombrosa. Entonces, por la gracia del misericordioso, le será infundido a tu ser el espíritu de fe, y habitarás y tomarás asiento en la sede de la certeza. El Dios único Me sirve de testigo: Si meditaras un momento, admitirías que, aparte de todas estas verdades demostradas y pruebas antes mencionadas, el repudio, maldición y execración pronunciados por el pueblo de la Tierra son en sí la prueba más poderosa y el más firme testimonio de la verdad de esos héroes en el campo de la resignación y el desprendimiento. Cada vez que medites sobre los reparos que han puesto los hombres, sean sacerdotes, eruditos o ignorantes, más firme y constante serás en la Fe. Pues todo lo que ha ocurrido ha sido profetizado por aquellos que son las Minas del conocimiento divino y Recipientes de la eterna ley de Dios. (7)
Otra prueba y demostración de la verdad de esta Revelación, que entre todas las demás pruebas brilla como el sol, es la constancia con que la eterna Belleza proclamó la Fe de Dios. Aunque era joven y de tierna edad, y la Causa que revelaba era contraria al deseo de todos los pueblos de la Tierra: de elevados y humildes, ricos y pobres, ensalzados y humillados, reyes y vasallos, con todo, se levantó y la proclamó resueltamente.
Ahora, considera cómo este Sadrih del Ridván de Dios, en la flor de Su juventud, se levantó a proclamar la Causa de Dios. Mira qué constancia ha revelado esa Belleza de Dios. El mundo entero se levantó para oponérsele, pero fracasó miserablemente: cuanto más severa se hacía la persecución que desataban contra ese Sadrih de la Bienaventuranza, más crecía Su fervor y con más brillo ardía la llama de Su amor. Todo esto es evidente y nadie discute tal verdad. Finalmente entregó Su alma y alzó el vuelo hacia los reinos de lo alto.
Y entre las pruebas de la verdad de Su Manifestación estaba el ascendiente, el trascendente poder y supremacía que Él, el Revelador del ser y Manifestación del Adorado, solo y sin ayuda, ha revelado por todo el mundo. Apenas se había revelado esa eterna Belleza en Shíráz, en el año sesenta, hendiendo el velo del encubrimiento, cuando se manifestaron en todos los países los signos del ascendiente, del poder, de la soberanía y de la fuerza que emanaba de aquella Esencia de las esencias y Océano de los océanos. Tan es así, que en cada ciudad aparecieron los signos, pruebas, señales y testimonios de esa Lumbrera divina. ¡Cuántos son los corazones puros y bondadosos que fielmente han reflejado la luz de ese Sol eterno, y qué numerosos son los efluvios de conocimiento provenientes de ese Océano de sabiduría divina que ha envuelto a todos los seres! En cada ciudad, todos los sacerdotes y dignatarios se levantaron para oponerse a ellos y dominarlos, y se armaron de malevolencia, de envidia y tiranía para destruirlos. ¡Qué grande el número de esas almas santas y esencias de la justicia que fueron muertas, acusadas de tiranía! Y ¡cuántas personificaciones de la pureza, que no mostraban más que verdadero conocimiento y obras inmaculadas, sufrieron atroz muerte! A pesar de todo esto, cada uno de estos santos seres, hasta en su último momento, pronunció el Nombre de Dios, remontándose en el reino de la sumisión y resignación. Tal era la potencia e influencia transformadora que ejercía sobre ellos, que dejaron de abrigar deseo alguno salvo Su voluntad, unciendo su alma a Su recuerdo. pag 144
Báb, el: significa “La Puerta”El Titulo asumido por Siyyid ´Ali-Muhammad, el precursor de Baha´u´llah y Profeta Fundador de la Fe Babi. El nació en Shiraz, Persia (Irán) el 20 de Octubre de 1819 y fue martirizado en Tabriz, Irán, el 9 de julio de 1850.
Referencia:
1.-Pág. 70. Libro, Kitab-i-Iqan(Libro de la Certeza)
2.-Pág. 14 Libro Dios Pasa. de Shoghi Effendi
3.-Pág. 55 - Dios pasa.
4.-El libro de la Certeza Pág. 156.Revelado por Bahá´u´llah.
5.-ídem. Pág. 150
6.-ídem. Pág. 148
7.-ídem. Pág. 145

Lima,13 de Agosto del 2006 por Gerson Elias

*Montad vuestros Corceles ¡OH Héroes de Dios!
Por Gerson Elías
El asunto de montad vuestros corceles es para mi parecer el despertar de los amantes de Báhá’u’lláh (1 ).-Shoghi Efendi escribió: los amigos deben llevar en mente en todo tiempo que ellos son., en cierta manera, como soldados en peligro de ataque .El mundo esta actualmente en una condición espiritual extremadamente oscura ;el odio y los perjuicios de todo tipo lo están haciendo pedazos .Nosotros por otro lado somos los guardianes de las fuerzas opuestas, las fuerzas del amor ,de la unidad ,de la paz y la integración, y debemos estar en guardia continuamente…no sea que, a través de nosotros ,estas fuerzas negativas y destructoras se apoderen de nuestro medio.(2)
Vemos cómo Krishna -quien para los Hindúes es como Cristo- dijo en el Gita: "todos los hombres, cualquiera sea el camino que sigan, vienen a mí, Permítannos entonces buscar en nuestra lectura de las escrituras Hindúes "la sabiduría que sobrepasa el humano entendimiento", como dice el Gita (3), esperando que sean apreciados "los sabios que han visto la Verdad".
Hemos dicho antes que el hindú tiene con respecto a Krishna la misma reverencia que los cristianos tienen o deberían tener con respecto a Cristo. Él considera a Krishna como un avatar, que literalmente significa "descenso" Dios (enviado), nacido de mujer y poseyendo simultáneamente la naturaleza divina y la humana. Sostiene que ha habido nueve Avataras en el presente Kalpa o Edad. El hindú ve a Cristo como un Avatar, aunque no enviado a su propia tradición. Y ¿por qué tantos Avataras? La respuesta se encuentra en el Gita donde Krishna dice: "Cada vez que haya un decaimiento de la religión, OH Bhárata, y un dominio de la irreligión, entonces Yo mismo me manifiesto". Si tal concepto suena extraño a nuestros oídos, permítanme citar a San Clemente: "Él es el único que lo tiene (el Espíritu de Cristo), quien ha cambiado sus formas y sus nombres desde el comienzo del mundo y ha reaparecido una y otra vez en el mundo"(4) . El décimo y último Avatar de nuestra Era, el Kalki Avatara vendrá montado sobre un caballo blanco y blandiendo una espada de doble filo, tal como se describe en el Apocalipsis la Segunda Venida de Cristo al final de los tiempos.
Regresando entonces al Gita mismo, permítanme esbozarles su marco ambiental. El texto se abre en un campo de batalla, llamado el campo del Dharma. Arjuna es un guerrero y es el que pregunta a Krishna, su auriga que conduce su carro entre los dos ejércitos opuestos donde comienzan su debate. Arjuna da muchos argumentos para no combatir, e incidentalmente los expresa con frases religiosas, y termina por echar por tierra su arco y flechas, y con lágrimas abandona en su tentativa.
El campo de batalla, llamado Dharma. ¿Qué es el Dharma? El Dharma ha sido traducido diversamente como deber, "recta acción" o justicia. Platón define la justicia como "lo que todo hombre hace y tiene que hacer en concordancia con su propia naturaleza". La palabra griega y platónica de Justicia traducida en la Biblia por la palabra rectitud. Podemos suponer que los Apóstoles la usaron en su sentido platónico. "Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os dará después" (5). El campo de batalla de la vida es precisamente este campo de rectitud, todos somos trabajadores, está inclinado en justicia a hacer su trabajo Vemos así que el Dharma se emparenta con el concepto de vocación, por la que podemos perfeccionar nuestras almas. Un cirujano difícilmente podría practicar sobre otros lo que no ha aprendido primero él mismo). La vocación tiene en cierto sentido dos niveles, como un cumplimiento del deber, el segundo consiste en realizar nuestras obligaciones para con Dios, entrar en el camino de la perfección de sí mismo. En realidad, los dos están íntimamente relacionados. En el Gita Krishna defiende con palabras inequívocas el sistema de castas y dice: "Más vale cumplir cada uno con su propio dharma, aunque sea de manera imperfecta, que cumplir el de otro, aunque sea a la perfección". Así es apropiado que comencemos nuestra búsqueda en el campo del Dharma, cumpliendo de una manera justa con esa vocación a la que estamos llamados, porque hablar de perfección fuera de nuestra vocación es un esfuerzo necio.
El simbolismo del campo de batalla va mucho más lejos. A pesar de la crítica prevaleciente sobre el amor y la paz (que ignora las verdaderas cosas que hacen el amor y la paz), debemos recordar que existe algo tal como la guerra justa en verdad la guerra justa y santa. Existe tal cosa como el mal en el mundo y lo que es opuesto. (Recordemos que Krishna llama a los enemigos de Arjuna "malintencionados" y "criminales" y a la guerra "legal"). No estoy sugiriendo que las guerras modernas, basadas como lo están en nuestras "codicias y avaricias". (San Pablo), en imperativos económicos, sean justas o santas. Ahora bien, si vamos a tener guerras justas, entonces deberíamos tener soldados justos y santos, y ellos a su vez, deberán no sólo luchar, sino luchar bien. Arjuna, el héroe del Gita es un guerrero, pero él es más que un guerrero, él representa a cada uno de nosotros. No sólo hay una pequeña porción de guerrero en cada uno de nosotros, sino que más aún, las palabras dirigidas por Krishna a Arjuna están dirigidas a todos y a cada uno de nosotros cuando nos encontramos abatidos y "confusos" en el campo de batalla.
Se dice que el Profeta Mahoma, al regreso de la batalla dijo a sus seguidores: "Habéis luchado con éxito la pequeña jihad (guerrasanta); ahora debéis luchar la gran jihad, dentro de vosotros mismos". El simbolismo de la guerra, ya sea una lucha entre dos ejércitos opuestos, o entre dos gigantes, entre David y Goliat, o entre San Jorge y el Dragón ha sido siempre un símbolo de esa real lucha interior. Todos estamos destinados a ser caballeros de la tabla redonda y llamados a salir en busca del Santo Grial. ¿No está el Antiguo Testamento lleno de guerras y batallas, y no es de suponer que todas esas luchas puedan tener un significado pseudo histórico y que veamos en ellas también aspectos del combate interior, Es precisamente en el campo de batalla donde nosotros estamos todos los días Ciñámonos nuestros lomos, pongámonos la armadura y tomemos la fe como nuestro escudo. Como el Gita dice, comparada por Cristo a una "espada de doble filo", para separar su alma inferior de su Espíritu. Para entender finalmente la escena, debemos examinar el carro que es un simbolismo común no únicamente para las tradiciones Hindú y Budista, sino que también se encuentra en Filón (Leyes, 898 d) y Platón (Fedro, 247 c). El carro representa el vehículo psicofísico en el cual según nuestro conocimiento de "quiénes somos" vivimos y nos movemos. Los caballos representan a los sentidos, las riendas su control. Si a los caballos se les consiente escaparse de la dirección de la mente, el vehículo se extraviará. Pero si los caballos son dominados y dirigidos por la mente según su conocimiento del Sí, el Atman, que en nuestra historia es Krishna, entonces y únicamente entonces puede ella continuar adelante su propio curso. Como San Patricio de Irlanda dijo en su famoso poema: "Cristo está en el asiento del carro"

En el Cántico de Habacub se encuentran las siguientes palabras: Que tú, OH Dios, guíes los corceles de nuestro carro victorioso .Descubierto y preparado está tu arco y lleno de flechas tu carcaj.


El carro es el alma animal. Puede tener buenos o malos caballos. Los buenos caballos son las virtudes del alma. Los malos son las pasiones del alma. Un buen auriga refrena los malos caballos y los hace volver, por así decirlo, a su exilio… Así un buen auriga es aquel que sabe cómo gobernar sus caballos…
Krishna le dice a Arjuna que no es el mero vivir y morir del individuo lo que es importante, ya que en cada individuo hay un centro interior, el Atman (literalmente "aliento" o "espíritu") que puede ser "conocido". Debemos recordar que como dice San Juan de la Cruz, "Dios sostiene cada alma y mora en ella substancialmente. Incluso aunque sea la más pecadora del mundo. Esta unión entre Dios y las criaturas siempre existe. Así es como Él preserva su existencia de tal suerte que si la unión terminara ellas serían de inmediato aniquiladas, y dejarían de existir" (Ascenso al Monte Carmelo).
Se espera también que el lector vea que la religión no es solo una cuestión de actuar y sentir, que no es simplemente un compendio de ética y sentí mentalidad. Es primordialmente una cuestión de ser. Si el hombre moderno está vacío y aislado, es precisamente por "él cree en sí mismo". Si él no quiere creer en lo que está por encima de él mismo, esto es elección suya. Como Arjuna, puede encontrar excusas para sus actitudes, puede enmascarar su orgullo en frases altisonantes tales como "honestidad intelectual", o "pensar por mí mismo". Mas si desea comprender las Escrituras, debe decir como Krishna: "vive con fe y sin poner peros". Debe creer como dijo Krishna que "las Escrituras son la autoridad para decidir lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse". Debe recordar que, en palabras de Platón, la "incredulidad es para la chusma", y que ser escéptico es muy fácil. La lucha sin embargo no es una cosa fácil. La vida del guerrero requiere entrenamiento y el soldado debe aprender tanto a manejar sus armas como a conducir sus caballos. Hemos venido a ser sin embargo una sociedad "blanda". No nos gusta el trabajo duro. Hemos olvidado cómo caminar en los caminos de nuestros padres y hemos construido para nosotros mismos una serie de ídolos de oro, tales como "progreso", "la perfección de la sociedad (sin Dios)", el éxito y la prosperidad económica. Hemos confundido el amor con la concupiscencia porque vemos nuestra autosatisfacción en la saciedad de nuestros deseos y la llamamos felicidad. Aquellos que deseen oír una descripción del hombre moderno, deben leer el capítulo dieciséis del Gita. Hemos olvidado que "el hombre no vive sólo de pan" y hemos apartado nuestras caras de la Palabra de Dios. No buscamos ya las Escrituras porque no tenemos ni ojos para ver ni oídos para oír. No buscamos ya y nos quejamos amargamente de no encontrar. Porque si no pedimos, no podemos esperar recibir. Se requieren algo más que claves para comprender las Escrituras. Como San Agustín, nosotros debemos creer para que podamos comprender, y debemos comprender lo que creamos. Concluyamos con las palabras finales de Krishna en el Gita:

"Y quien lo escuche, lleno de fe y libre de malicia (mala voluntad), también será liberado y alcanzará los mundos felices de los rectos". Esperanzadoramente respondamos como Arjuna: "Mi ilusión está destruida, y por Tu Gracia, Oh Dios, he recobrado mi presencia de espíritu. Me siento firme (confirmado) y mis dudas han desaparecido. CUMPLIRÉ TUS PALABRAS”.

El hombre necesita de claves racionales para pensar. Pero al mismo tiempo, si se queda en eso, se asfixia. Necesita también de claves simbólicas (mítica, trascendente) so pena de quedarse en la inmanencia. El enigma es entonces algo enigmático, como un espejo antiguo que no deja traslucir los rasgos. Pero al mismo tiempo, el enigma refleja los deseos y esfuerzos del hombre por conocer más. Refleja también todo el dinamismo inserto en estos esfuerzos; dinamismo y esfuerzo que recibirán su recompensa en la bienaventuranza eterna cuando veremos cara a cara al Dios que buscamos y tratamos de entender. (5)

El uso de la violencia en la religión.
A continuación les trascribo parte del texto de Navid .Jesucristo utilizó la violencia física para desalojar a los mercaderes que habían profanado el templo de Dios. Él mismo dice (Mateo 10, 34 a 37) "No piensen que vine a traer la paz a la Tierra, no vine a traer la paz, sino la espada, vine a poner al hijo contra su padre; la hija contra su madre, y la nuera, en contra de su suegra"

En honor a la verdad hoy día existen miles de millones de cristianos en el mundo "Gracias" a la espada de Constantino y de otros reyes Cristianos en Europa, así como por los cañones de los Españoles y Portugueses en América. También por su "Eficiente" sistema de Inquisición que establecieron en ambos lados del Océano Atlántico, la historia de la conquista y colonización de América así como la historia republicana esta llena de pasajes de esta índole, por ejemplo en el Ecuador los sacerdotes mandaban a quemar la cosecha de los indígenas que no participaban en la misa dominical además de cobrarles impuestos porque el Indio era por naturaleza "hereje", este impuesto fue abrogado recién los primeros años del siglo 20 durante el gobierno del general Eloy Alfaro. Contra quien la iglesia Católica declaró una "Guerra Santa" por ser él un "Indio endemoniado" que tuvo el atrevimiento de separar la nefasta ingerencia del poder de la iglesia sobre el Estado.

Durante las "Cruzadas" se llegó inclusive a prácticas vergonzosas; como ejemplo, llevaban consigo a la "guerra Santa" un gran cargamento de prostitutas como provisión, todavía existe en algunos ejércitos latinoamericanos la "sexta provisión". La famosa novela del Escritor Mario Vargas Llosa " Pantaleón y Las visitadoras", está basada en esta " sexta provisión". Pero esto no fue lo peor, ya que en algunas ocasiones atacaban a los pueblos musulmanes y literalmente los comían practicando canibalismo y otros aberraciones similares como tomar la sangre de sus víctimas, hecho que habría inspirado las leyendas de los vampiros como el conde drácula y otros, en Europa.

Ni los cristianos mismos se salvaron de estos azotes ya que, los Cristianos que seguían al Papa (Católicos Romanos) a su paso hacia medio oriente atacaron a los de Roma Oriental (Ortodoxos) saquearon Constantinopla, quemando las Iglesias y asesinando a la gente. Cuando al fin los Cruzados llegaron a la ciudad de Jerusalén mataron a todos los habitantes judíos y musulmanes de la ciudad, hombres mujeres niños y dicen que hasta sus gatos y perros.
Con la llegada de Muhammad mejoró mucho la cuestión de la "Guerra Santa" y se limitó a la defensa legítima. Él explicó que la verdadera batalla consiste en la lucha espiritual del ser humano contra su propia naturaleza baja y el Yo, y cuando lo designaron como jefe de estado en Medina, para proteger la vida de la población inocente de un enemigo cruel y despiadado declaró "Los musulmanes a partir de este instante, son, además de creyentes, soldados de Dios en defensa de su fe y su profeta. La espada se ha desenvainado en defensa del Islam, no la empuñan los musulmanes con afán de ataque o agresión. Sólo toman arma en defensa de sus propias vidas amenazadas y en favor de su fe en Dios y en su profeta.
También dijo El Profeta:

"La espada es la llave del Paraíso y del Infierno", según se use.

Los que la empuñan en defensa de la fe, de la población pacífica, porque han sido agredidos, serán recompensados con ventajas temporales y con el paraíso. Por el contrario, quien saque la espada en favor de la idolatría, de intereses mundanos y egoístas, sufrirá en vida amargura de su derrota y los tormentos del fuego eterno.
Su Santidad, El Báb, El Punto Primordial, quien ocupa la posición única entre las Manifestaciones de Dios de ser enlace entre el Ciclo Adánico y el Ciclo de Bahá’u’lláh y por ende el único que dispone de dos Libros Madres, en Su primer libro QAYYUMULASMA ( cometario sobre el Sura de José) como prometido del Islam reafirma la ley de JAHAD O GUERRA SANTA pero en el BAYAN PERSA, y como Iniciador de la Nueva Era la limita sustancialmente de forma que los Babís sólo en situaciones extremas y después de haber agotado todo medio pacífico podían hacer uso de este derecho, por esto en los tres episodios mas famosos de la Dispensación Babi ( Tabarsí, Zanjan y Nayriz) creyendo en la promesa de las autoridades, aún sabiendo la mala intención del juramento de sus enemigos escrito sobre el Sagrado Corán, en obediencia al Báb, se entregaron a las autoridades.

Finalmente, en esta Sagrada Dispensación Bahá’u’ lláh abolió definitivamente esta práctica, anunciando que El mandó a "envainar las cortantes espadas del pueblo Babi"; que hoy, la defensa y la conquista espiritual se hará por medio de "la lengua" y " argumentos convincentes". Explicó que en caso de ser perseguidos por su fe " es mejor morir que matar" también dice que "Toda causa de conflicto y desunión ha sido borrado de La Tabla" conceptos como "la impureza" de otros pueblos "la cortada de los cuellos" y "destrucción de los libros". Dice La Belleza Preexistente:" Todo observador imparcial admitirá sin vacilación que, desde el amanecer de Su Revelación, este Agraviado ha invitado a toda la humanidad a dirigir sus rostros hacia la Aurora de Gloria, y ha prohibido corrupción, odio, e iniquidad."

Y para terminar Abdu’l-Bahá con la maestría que solo a él lo caracteriza, interpreta de nuevo los textos sagrados del pasado declarando la aurora del Día en el que los instrumentos de la guerra deben ser cambiados más bien por elementos que puedan educar a los pueblos del mundo, y que los verdaderos enemigos, en nuestra "Guerra Santa" son la ignorancia, el prejuicio y el materialismo.

"¡Oh vosotros amados del Señor! Este día es el día de la unión, el día de la reunión de toda la humanidad. "Por cierto que Dios ama a aquellos quienes, como si fueran un sólido muro, combaten por su causa en apretadas filas".Observad que Él dice "en apretadas filas", lo cual significa apiñados y estrechados, entrelazados unos con otros, cada cual sosteniendo a su compañero. Combatir, tal como se dice en el sagrado versículo, no significa, en ésta la más grande de todas las dispensaciones, salir con lanza y espada, con alabarda y afilada saeta; sino más bien, armado con intención pura, con motivo justo, con consejos provechosos y eficaces, con atributos piadosos, con obras gratas al Todopoderoso, con las cualidades del cielo. Ello significa educación para toda la humanidad, guía para todos los hombres, la difusión por doquiera de los perfumados aromas del espíritu, la promulgación de las pruebas de Dios, la exposición de argumentos concluyentes y divinos, la realización de obras caritativas."(6).

Yo creo que los que vamos a montar no son románticos corceles que listos en la puerta esperan para llevarnos lejos hacia los campos de gloria. Me temo que los corceles que tenemos que montar, están dentro de nosotros mismos. Tenemos que aprender a montar el caballo de nuestra propia naturaleza. Tenemos que aprender a montar nuestras propias habilidades y nuestro espíritu de servicio. No es afuera donde tenemos que ganar nuestras victorias durante los próximos diez años. Esencialmente es siempre dentro todas nuestras victorias deben provenir desde adentro. (7)


"Motivos de este portal""Como las aves buscan el nido, así los hombres deben buscar a Dios
Fuente y referencia:


1.-un mensaje dado por el Amado guardián, Shoghi Efendi, a la Mano de la Causa Sr .Ali Akbar Furutan, para que lo trascribiera por donde quiera que fuera)
2.- Shoghi Efendi, directrices del Guardián .No 9. Disciplinas del Guerrero Espiritual..
3.- El Bhagavad Gita. Una Introducción para el lector occidental Por Rama P. Coomaraswamy
4.- San Clemente, Homilías, III, 20.
5. -Mateo 6, 33 6.- El uso de la violencia y la guerra en la Religión Por .Navid Nikjou
7.-Conferencia dada por Ruhiyyih Khánum.Montad Vuestros corceles Oh Heroes de Dios

Lima 18 de julio de 2006.José Elías-Gerson

La Sentencia de Exilio contra Bahá'u'lláh


Nunca se imaginó Násiri'd-Dín Sháh* que por la mera acción de pronunciar la sentencia de exilio contra Bahá'u'lláh estaba ayudando a desplegar el Propósito invencible de Dios y que él mismo no era sino un instrumento en la ejecución de ese Designio. Nunca se imaginó que, al acercarse su reino a su fin, atestiguaría un renacimiento de aquellas fuerzas que había tratado de exterminar con tantos esfuerzos - un renacimiento que manifestaría una vitalidad tal l como él, en el momento de mayor desesperación, jamás pensó poseyera aquella Fe. No sólo dentro de los confines de su propio reino1, ni sólo en los territorios adyacentes de Iraq y Rusia, sino hasta la India en el Este2, y hasta Egipto y Turquía europea en el Oeste, un renacimiento de la Fe como jamás se la había soñado, lo despertó de las vanas imaginaciones en que se había entretenido. La Causa del Báb parecía haber resucitado de entre los muertos. Se aparecía bajo una forma infinitamente más formidable que cualquiera había presentado en el pasado. El nuevo ímpetu que, a pesar de sus cálculos, había recibido la Causa del Báb de la personalidad de Bahá'u'lláh y, sobre todo, de la fuerza inherente de la Revelación que El personificaba, era tal como no se había imaginado jamás Násiri'd-Dín Sháh. La rapidez con que había sido resucitada y consolidada una Fe durmiente dentro de su propio territorio; su difusión a Estados más allá de sus confines; las tremendas afirmaciones hechas por Bahá'u'lláh en medio de la plaza fuerte donde había elegido habitar; la declaración pública de aquellas afirmaciones en la Turquía europea y su proclamación en desafiantes Epístolas a las cabezas coronadas de la tierra, una de las cuales el Sháh mismo estaba destinado a recibir; el entusiasmo que ese anuncio provocó en los corazones de innumerables adeptos; el traslado a Tierra Santa del centro de Su Causa; la disminución gradual de la severidad de Su confinamiento en las etapas finales de Su vida; la suspensión de la prohibición que había sido impuesta por el Sultán de Turquía a Sus entrevistas con visitas y peregrinos que venían en gran número de diversas partes del oriente a Su prisión; el despertar del espíritu de investigación entre los pensadores del Occidente; la completa derrota de las fuerzas que habían tratado de provocar un cisma en las filas de Sus actos y la suerte sufrida por su principal instigador; sobre todo, lo sublime de aquellas enseñanzas que abundaban en Sus obras publicadas y que eran leídas, diseminadas y enseñadas por un número cada vez mayor de adeptos en el Turquestán ruso, en Iraq, en India, en Siria y en lugar tan distante como Turquía europea - estos se encontraban entre los factores principales que revelaron en forma convincente a los ojos del Sháh el carácter invencible de una Fe que creía haber amarrado y destruído. La inutilidad de sus esfuerzos, no importa cuanto tratara de ocultar sus sentimientos, era demasiado evidente. La Causa del Báb, cuyo nacimiento y tribulaciones él mismo había atestiguado y cuyo progreso triunfal estaba atestiguando ahora, había renacido, como ave fénix, de sus cenizas y estaba progresando por un camino que llevaba a conquistas jamás soñadas3
Poco se imaginó Nabíl que al cabo de cuarenta años de haber escrito su relato la Revelación de Bahá'u'lláh, la flor y fruto de todas las Dispensaciones del pasado, habría sido capaz de avanzar a tal punto por el camino que conduce a su reconocimiento y triunfo mundiales. Poco se imaginó que en menos de cuarenta años después de la muerte de Bahá'u'lláh, Su Causa, lanzándose más allá de los confines de Persia y del oriente, habría penetrado los rincones más remotos de la tierra y habría rodeado el planeta entero. Apenas hubiera creído la predicción si se le hubiera dicho que la Causa, dentro de ese período, habría implantado su estandarte en el corazón del Continente Americano, se habría hecho sentir en las principales capitales de Europa, habría llegado hasta el extremo austral de Africa y habría establecido un puesto de avanzada en la distante Australasia. Su imaginación, enardecida como estaba por la convicción del destino de su Fe, apenas lo habría llevado al grado de ver en su mente el Santuario Sepulcro del Báb, de cuyos restos ignora el destino, como él mismo lo confiesa, incrustado en el corazón del Carmelo, lugar de peregrinaje y faro de luz para muchos visitantes de lugares remotos de la tierra. Apenas se habría imaginado que la humilde morada de Bahá'u'lláh, perdida entre las callejuelas de Bagdad viejo, cierto día, a consecuencia de las maquinaciones de un enemigo incansable, llegaría a ser el objeto de serias deliberaciones de los representantes de las principales Potencias de Europa reunidos en asamblea. Poco se imaginó, a pesar de las alabanzas que le hace en su narración, que de la Más Grande Rama4 procedería un poder que en un corto período de tiempo habría despertado a los estados septentrionales del Continente Americano a la gloria de la Revelación que recibió como herencia de Bahá'u'lláh. Poco se imaginó que las dinastías de aquellos monarcas, cuya tiranía relata vívidamente en su narración, habrían caído y sufrido la suerte que sus representantes habían luchado tan desesperadamente por infligir sobre sus temidos adversarios. Tampoco se imaginó que toda la jerarquía eclesiástica de su país, los principales instigadores e instrumentos voluntarios de las abominaciones amontonadas sobre su Fe, habrían sido vencidos y derribados tan rápidamente por los mismos enemigos que habían tratado de subyugar. Nunca habría creído que las instituciones más elevadas del Islam sunní, el Sultanato y el Califato5.

Referencias.

*.-Mirza Násiri'd-Dín Sháh.-Nacido el 17 de julio de 1831en Persia, comenzó a reinar en Septiembre de 1848; falleció en1896.-Vali-Ahd Heredero del trono. Násiri’d-Dín Sháh, estigmatizado por Bahá’u’lláh como el «Príncipe de los Opresores», responsable de haber «perpetrado lo que hizo que los moradores de las ciudades de la justicia y equidad se lamentasen», disfrutaba, en el periodo que consideramos ahora, de plena madurez y había alcanzado la plenitud de su poder despótico. Árbitro único de los destinos de un país «firmemente arraigado en las tradiciones inmemoriales de Oriente»; y rodeado por «ministros «venales, arteros y falsos», a quienes podía elevar o rebajar a placer; cabeza de una administración en la que «todo actor era, en diferentes aspectos, tanto un estafador como un estafado»; coaligado, en su oposición a la Fe, con un estamento clerical que constituía un verdadero «Estado- Iglesia»; apoyado por un pueblo preeminente por su ferocidad, notorio por su fanatismo, servilismo, libidinosidad y prácticas corruptas, este Monarca caprichoso, incapaz ya de poner sus manos sobre la persona de Bahá’u’lláh, había de contentarse con la tarea de intentar erradicar en sus propios dominios los restos de una comunidad temida sobremanera y recién revivida. Próximo en rango y poder figuraban sus tres hijos mayores, en quienes, a los efectos de la administración interna, había delegado prácticamente su autoridad y en quienes había investido en el gobierno de todas las provincias del reino. La provincia de Á irbáyján quedó confiada al cuidado del tímido y débil Mu affari’d-Dín Mírzá, heredero del trono, quien había caído bajo la influencia de la secta ay í, y daba muestras de marcado respeto hacia los mullás. Al cuidado del gobierno férreo y salvaje del astuto Mas‘úd Mírzá, comúnmente conocido como el illu’s-Sul án y su hijo mayor superviviente, cuya madre era de origen plebeyo, fueron confiadas dos quintas partes del re ino, incluyendo
las provincias de Yazd e Isfahán, en tanto que sobre Kámrán Mírzá, su hijo favorito, comúnmente llamado por su título de Náyibu’s-Sal anih, había conferido el mando sobre Gílán y Mázindarán, convirtiéndolo en Gobernador de Teherán, ministro de guerra y comandante en jefe del ejército. Era tal la rivalidad entre estos dos últimos príncipes, que competían entre sí por cortejar el favor de su padre, que se afanaban, con el apoyo de los principales mujtahides de su jurisdicción, en superar al otro en la tarea meritoria de acosar, saquear y exterminar a los miembros de una comunidad indefensa,
la cual, por orden de Bahá’u’lláh, había dejado de ofrecer resistencia armada incluso en defensa propia, llevando a la práctica la orden de que «es mejor morir que matar». Tampoco estaban dispuestos los violentos clérigos (Hájí Mullá ‘Alíy-i-Kaní y Siyyid adiq-i- abá abá’í, los principales mujtahides de Teherán, junto con ay Mu ammad-Báqir, su homólogo de Isfahán, y Mír Mu ammad-Husayn, el Imám-Jum‘ih de la ciudad), a consentir que se les escapara la menor oportunidad sin asestar algún golpe, con toda la fuerza y autoridad que ostentaban, contra un adversario cuyas influencias liberalizadoras tenían más razón para temer que al Soberano mismo.







1.- Gobineau, escribiendo más o menos en el año 1865, atestigua lo siguiente: "La opinión pública es que los Bábís pueden ser encontrados en todas las clases sociales y entre los miembros de todas las religiones, con la excepción de los Nusayrís y los Cristianos, pero es especialmente entre la clase educada, los hombres eruditos, de quienes se sospecha tienen simpatía por el Bábísmo. Se cree, con buenos fundamentos, que muchos mullás y, entre ellos mujtahids de renombre, magistrados de alto rango y oficiales en altos cargos muy cercanos al rey, son Bábís. Según un cálculo reciente habría en Teherán, una ciudad de aproximadamente ochenta mil habitantes, cinco mil Bábís. Pero este cálculo no es muy digno de confianza y me siento inclinado a pensar que, si los Bábís fueran a triunfar en Persia, su número en la capital sería mucho mayor ya que, en ese momento habría que agregar al número de fervientes discípulos, cualquiera que sea ahora su número, una gran proporción de aquellos quienes recientemente se muestran en favor de la doctrina oficialmente condenada y a quienes la victoria daría el valor para declarar su fe abiertamente". (Les Religions et les Philosophies dans l'Asie Centrale, pág. 251). "No ha pasado aún medio siglo desde que Mírzá ‘Alí Muhammad el joven Vidente de Shíráz, comenzó a predicar su religión que ahora cuenta sus mártires por centenares y sus adherentes por cientos de miles; que parecía en un tiempo amenazar la supremacía no solo de la dinastía Qájár sino también a la fe Musulmana de Persia y puede aún constituir probablemente un factor de importancia en la historia del Asia Occidental" (Introducción del Prof. E. G. Browne a el Tárikh-i-Jadíd, pág. 7), "El Bábísmo", escribe el Profesor James Darmesteter "que se difundió en menos de cinco años de un extremo de Persia al otro, que en el año 1852 fue bañado en la sangre de sus mártires, se ha estado propagando y progresando silenciosamente. Si Persia ha de ser alguna vez regenerada, será por intermedio de esta nueva Fe". (Extracto de "Persia: un Boceto Histórico y Literario", traducido por G. K. Narimán). "Si el Bábísmo continúa creciendo con su actual ritmo de desarrollo, es concebible que llegará el momento en que desplazará el Mahometanismo del territorio de Persia. Creo que tendría pocas posibilidades de lograr esto si apareciera sobre el terreno bajo la bandera de una fe hostil. Pero ya que sus reclutas se conquistan entre los mejores soldados de la guarnición que está atacando, hay más razón aún para creer que a la larga prevalecerá. Para aquellos que saben algo del carácter persa, que es tan extraordinariamente susceptible a influencias religiosas se hará evidente a cuantas clases en ese país atrae con éxito. Los «súfís, o místicos, han sostenido durante mucho tiempo que siempre debe haber un Pír. o Profeta, visible en la carne, y son absorbidos fácilmente en el rebaño Bábí. Incluso los Musulmanes ortodoxos cuya mente siempre se ha dirigido en ansiosa anticipación hacia el Imán desaparecido, se muestran receptivos a los razonamientos coherentes mediante los cuales se busca demostrar que ya sea el Báb o Bahá, es el Mihdí, según todas las predicciones del Corán y de las tradiciones. La vida pura y llena de sufrimientos del Báb, su muerte ignominiosa, el heroísmo y martirio de sus seguidores, atraerán a muchos otros quienes no pueden encontrar fenómeno similar en la historia contemporánea del Islam", (Lord Curzon: Persia and the Persian Question, pág. 503, vol. 1). Dicho autor, en el mismo capítulo, al comentar sobre las perspectivas de la empresa misionera cristiana en Persia, escribe lo siguiente: "Incluso se ha dicho que Persia es lugar donde la labor misionera presente las mejores perspectivas de éxito en el Oriente. Al mismo tiempo que estoy consciente de la labor valiosa que están llevando a cabo representantes de sociedades misioneras de Inglaterra, Francia y América en ese país mediante la difusión de la educación, las señales de caridad, por la concesión de atención médica gratuita, y por la fuerza del buen ejemplo, y mientras que no sugiero que estas labores piadosas debieran ser reducidas, no puedo compartir, basado en la información a mi disposición, las previsiones optimistas que se han dado para el futuro" (pág. 504). "...En Persia, sin embargo la dificultad mas pequeña que confronta a las comunidades cristianas no es la que se deriva de sus propias diferencias sectarias; y los musulmanes tienen pleno derecho a burlarse de aquellos quienes les invitan a entrar en un rebaño los diferentes miembros del cual se aman entre sí con tanta amargura. Los Protestantes disputan con Católicos Romanos, los Presbiterianos con los Episcopales, los Nestorianos Protestantes no miran con ojos muy amistosos a los Nestorianos propiamente tales y éstos, a su vez, no se encuentran en relaciones muy armoniosas con los Caldeos o Nestorianos Católicos. Los Armenios miran de reojo a los Armenios (Católicos) Unidos y ambos se dan la mano para retrasar la labor de las misiones Protestantes. Finalmente puede contarse, por lo general, con la hostilidad de los Judíos. En los diversos países del Oriente por los que he viajado, desde Siria hasta el Japón, me ha sorprendido el extraño, y a mi manera de pensar doloroso fenómeno, de grupos misioneros librando la más noble de las luchas bajo el estandarte del Rey de la Paz con armas fratricidas en sus manos" (págs. 507-8). "...Si el criterio de empresa misionera en Persia es, entonces, el número de conversiones que ha logrado del Islam, no vacilo en decir que el gasto prodigioso de dinero, de esfuerzo honesto, y de lucha sacrificada que se han derramado sobre dicho país han dedo un resultado totalmente inadecuado. Jóvenes mahometanos han sido bautizados en ocasiones por misioneros cristianos. Pero no debe confundirse esto con demasiada facilidad con conversión, ya que la gran masa de los nuevos adeptos vuelven a la fe de sus antepasados; pongo en duda si, desde que Henry Martyn puso pie en Shíráz, hasta la fecha actual, ha habido una conversión genuina de hasta media docena de Musulmanes persas al credo cristiano. Yo mismo a menudo he investigado pero jamás he visto, un Musulmán convertido (con la exclusión claro está de los niños abandonados o huérfanos de padres musulmanes que han sido criados desde la infancia en colegios cristianos). Tampoco estoy sorprendido ante la demostración completa del fracaso. Si ponemos a un lado las presuposiciones dogmáticas del cristianismo (v.g. la doctrina de la Trinidad y la Divinidad del Cristo), que son tan repugnantes al concepto mahometano de la unidad de Dios, no podemos mirar muy asombrados la falta de entusiasmo por abandonar su fe del Musulmán si recordamos que la pena por dicha acción es la muerte. Es ante la muralla de roca del Islám, un sistema que abarca todas las esferas y todos los deberes y actos de la vida que golpean en vano las olas de la acción misionera. Maravillosamente adaptado tanto al clima como el carácter y ocupaciones de aquellos países sobre los que ha puesto su adamantino puño, el Islam hace de su devoto un siervo completo desde su nacimiento hasta su muerte. Para él no es sólo religión, es gobierno, filosofía y ciencia también. El concepto mahometano no es tanto el de una Iglesia del Estado sino, si se me permite la expresión, la de un Estado Iglesia. Los cimientos mismos de la sociedad no son de construcción civil, sino eclesiástica; y envueltos en este sublime si bien paralizante, credo, el Musulmán vive contento en estado de rendición total de su voluntad y considera que es su deber más elevado adorar a Dios y de obligar a otros (y donde esto no es posible, de despreciarlos) a adorarlo a El en espíritu y después muere seguro de alcanzar el Paraíso. Mientras que este código de vida compelente y que todo lo absorbe mantiene en sus brazos a los pueblos de Oriente determinando todos los deberes y regulando todas las acciones de la existencia y dando finalmente una salvación segura, el esfuerzo y dinero de las misiones será gastada en gran medida, en vano. Aún más, es mi opinión que una propaganda activa es la peor política que puede adoptar una misión Cristiana en un país musulmán fanático y la tolerancia misma por la que he dado crédito al Gobierno persa se debe a la prudente abstención por parte de los misioneros cristianos de desarrollar un proselitismo declarado", págs. 508-9).
2.- Gobineau, escribiendo en 1865 aproximadamente, da el siguiente testimonio: "Es así como el Bábismo ha conquistado una influencia considerable sobre la mente de Persia y, propagándose más allá de la frontera persa, se ha derramado sobre el pachalick de Bagdad y ha penetrado hacia la India. Entre sus características, una de las más sobresalientes es que, incluso durante la vida del Báb, muchos de los doctores de la nueva fe, gran número de sus seguidores convencidos y devotos, nunca conocieron personalmente a su profeta y no parecen haber dado gran importancia al hecho de oír sus instrucciones de sus propios labios. Sin embargo le rindieron, en forma completa y sin reservas, los honores y la veneración a las que, a su vista, tenía derecho". (Conde de Gobineau: Les Religions et les Philosophies dans l'Asie Centrale, pág. 255).
3.- "...Y he aquí como, matemáticamente, se ha producido un movimiento religioso muy particular en la cual el Asia central, es decir Persia, algunos lugares de la India y una parte de Turquía asiática en las vecindades de Bagdad, se muestra hoy vivamente interesada, movimiento extraordinario y digno de ser estudiado desde todo punto de vista. Permite asistir al desarrollo de acontecimientos, a manifestaciones, a catástrofes de naturaleza tal que uno no está habituado a ver en la actualidad y que uno solo podía imaginar como posibles en épocas remotas cuando nacieron las grandes religiones... Declaro asimismo que si yo viera en Europa una secta de naturaleza similar al Bábismo, con las ventajas que él posee, fe ciega, extraordinario entusiasmo, valentía y devoción a toda prueba, conquistando el respeto de los indiferentes, infundiendo terror a sus adversarios y aún más, como ya lo he mencionado, con una actividad proselitista que no se detiene en ningún momento, cuyos éxitos son constantes en todas las clases sociales; si yo viera, digo, que todo esto existiera en Europa, no vacilaría en predecir que, dentro de un tiempo prudencial, el poder y la soberanía caerían necesariamente a los poseedores de estas grandes ventajas". (Conde de Gobineau: Les Religions et les Philosophies dans l'Asie Centrale, págs. 116, 293-4). "Ahora debo decir que me parece que la historia del movimiento Bábí debe ser de interés en diferentes formas a otros además que a aquellos que están ocupados directamente con el estudio del Persa. Al estudiante del pensamiento religioso dará no poco material para su reflexión; porque aquí puede contemplar personalidades tales que con el devenir del tiempo se transforman en héroes y semidioses aún no oscurecidos bajo el mito y la fábula; puede examinar bajo la luz del testimonio actual e independiente uno de aquellos estallidos extraños de entusiasmo, fe, ferviente devoción y de indomable heroísmo -o fanatismo, si lo prefiere- que estamos acostumbrados a asociar con la historia pasada de la raza humana; en una palabra, puede atestiguar el nacimiento de una fe que no es imposible que llegue a conquistar un lugar entre las grandes religiones del mundo. Para el etnologo también puede dar material para reflexionar en lo que se refiere el carácter de la gente que, estigmatizados, como lo han sido a menudo, como egoístas, mercenarios, engreídos, sórdidos y cobardes, sin embargo son capaces de mostrar, bajo la influencia de un fuerte impulso religioso, un grado de devoción, desinterés, generosidad, desprendimiento, nobleza y valentía que puede tener paralelo en la historia pero que difícilmente puede ser sobrepujado. Para el político también la cuestión tiene su importancia; por cuanto ¿qué cambios no podrán ser hechos en un país que ahora se considera solo una cifra en el equilibrio de fuerzas nacionales, por una religión capaz de evocar un espíritu tan poderoso? Que aquellos que saben lo que Mahoma hizo con los árabes consideren bien lo que el Báb puede todavía hacer con los Persas". (E. G. Browne: introducción a A Traveller's Narrative, págs. 8-9). "Es así como fui instalado como un huésped en Bahjí, en medio de todo lo que el Bábismo considera más noble y más santo; y aquí pasé cinco de los días más memorables durante los cuales tuve oportunidades inigualadas e inesperadas de entablar relaciones con aquellos quienes son la fuente misma de ese espíritu poderoso y maravilloso que trabaja con fuerza invisible pero siempre creciente para la transformación y vivificación de un pueblo que duerme un sueño como la muerte misma. Fue por cierto una experiencia extraña y conmovedora, pero de la cual desespero poder comunicar nada más que las más débiles impresiones. Por cierto, podría tratar de describir en mayor detalle los rostros y formas que me rodeaban, las conversaciones que tuve el privilegio de escuchar, la lectura solemne y melodiosa de los libros sagrados, la sensación general de armonía y contento que impregnaba el lugar, y los fragantes y sombreados jardines a los que solíamos ir al atardecer; pero todo esto era como nada en comparación con la atmósfera espiritual que me rodeaba. Los musulmanes persas a menudo dirán que los Bábís hechizan o dan drogas a sus invitados para que estos, impelidos por una fascinación que no pueden resistir, se ven contagiados de igual manera por lo que los mencionados musulmanes consideran una forma extraña e incomprensible de locura. Aún cuando esta creencia es vana y absurda, sin embargo descansa sobre la base de hechos más fuertes que lo que les sirve de fundamento para la mayor parte de sus alegatos contra esta gente. El espíritu que impregna a los Bábís es tal que apenas puede evitar de afectar muy poderosamente a todos los que se encuentran sujetos a su influencia. Puede ser llamativo y atraer: no se le puede ignorar ni descartar. Que aquellos que no lo han visto no me crean si así desean; pero si alguna vez se revela este espíritu para ellos, experimentarán una emoción que hallarán difícil de olvidar". (Idem, págs. 38-9). "En esta forma se verá que, en su organización externa, el Bábismo ha sufrido cambios radicales muy grandes desde que primero apareció como una fuerza proselitista hace medio siglo. Sin embargo estos cambios no han actuado como impedimento sino más bien al contrario parecen haber estimulado, su propaganda, la que ha progresado con una rapidez inexplicable para aquellos que solo pueden ver en ella una forma cruda de fermento político o incluso metafísico. Los cálculos más bajos estiman que el número de Bábís en Persia es de medio millón. Me siento inclinado a pensar, basado en conversaciones con personas bien calificadas para emitir un juicio, que el total se acerca a un millón. Se les puede encontrar en todas las ocupaciones, desde ministros y nobles de la Corte hasta el basurero o caballerizo, y no es la menos importante esfera de su actividad el sacerdocio musulmán mismo. Se habrá notado que el movimiento fue iniciado por siyyids, hájís y mullás, i.e. personas quienes ya sea por alcurnia, por tendencia piadosa o por profesión, estaban íntimamente preocupados con el credo musulmán: es incluso entre los devotos declarados de la fe que siguen haciendo sus conversiones. De muchos Bábís se sabe muy bien que lo son, pero que mientras proceden con circunspección, no son objeto de intrusión o persecusión. Entre los más humildes sin embargo, por lo general se oculta el hecho por temor a dar una excusa al rencor supersticioso de los superiores. En época reciente los Bábís han tenido mucho éxito en el campo de otro enemigo, habiendo conquistado muchos prosélitos entre la población judía de los pueblos persas. He sabido que durante el último años se ha informado que han hecho 150 conversiones de judíos en Teherán, 100 en Hamadán, 50 en Káshán y el 75 % de los judíos de Gulpáyigán". (Lord Curzon: Persia and the Persian Question v. 1. págs. 499-500). "De aquella raza sutil", escribe el Dr. J. Estlin Carpenter, "proviene el movimiento más extraordinario que haya producida el mahometanismo moderno... Discípulos lo rodearon y el movimiento no fue detenido por su arresto, encarcelamiento por cerca de seis años y su final ejecución en 1850... También reclama tener una enseñanza universal; ya tiene su noble ejército de mártires y sus libros sagrados; ¿es que Persia, en medio de sus miserias, ha dado nacimiento a una religión que dará la vuelta al mundo? (Comparative Religion, págs. 70-71). "Una vez más", escribe el Profesor E. G. Browne, "en el curso de la historia de la humanidad, el Oriente ha vindicado su pretensión a enseñar religión al Occidente y a poseer en el Mundo Espiritual aquella preeminencia que los países de Occidente poseen en lo material". (Introducción a la obra de M. H. Phelp: Life and Teachings of ‘Abbas Effendi, pág. 15). En cualquier caso, el crecimiento del Bábismo es un capítulo interesante en la historia de las civilizaciones y religiones modernas. Y en esta forma, después que se ha dicho todo, aquellos que lo alaban posiblemente están en la razón; es posible que del Bábismo venga la regeneración del pueblo Persa, incluso de la totalidad del Islam que está muy necesitado de ello. Desafortunadamente rara vez hay una regeneración nacional sin abundante derramamiento de sangre". (M. J. Balteau: Le Bábisme, pág. 28).
4.- Título de Abdu'l-Bahá.
5.- El Califato comenzó con la elección de Abú-Bakr en 632 A.D. y duró hasta 1258 A.D. cuando Húlágú khán saqueó Bagdad y dio muerte a Mu'tasim-Bi'lláh. Durante casi tres siglos después de esta catástrofe se perpetuó el título de Califa en Egipto por descendientes de la Casa de ‘Abbas quienes vivieron bajo la protección de sus gobernantes mamelucos, hasta que en el año 1517 A.D. el Sultán Salím, el Osmanli, después de haber conquistado a la dinastía mameluca, indujo al infortunado Califa a transferirle a él el título e insignia". (P. M. Sykes: A History of Persia, vol. 2, pág. 25).

-Libro Dios Pasa. Pág. 185 -186
-Tomado del libro Los Rompedores del Alba.
Lima ,18 de agosto 2006 .por Gerson Elías.