Al Husayn Tema Soberania
Has de saber, oh buscador inquisitivo, que no es de ningún valor la soberanía terrenal, ni lo será nunca, a los ojos de Dios y Sus elegidos. Por otra parte, si se interpretara el ascendiente y dominio como supremacía terrenal y poder temporal, cuán difícil te sería explicar estos versículos: "Y ciertamente Nuestra hueste vencerá".22 "De buena gana apagarían la luz de Dios con sus bocas; pero Dios ha determinado perfeccionar Su luz, aunque los infieles la detesten".23 "Él es el Dominador, sobre todas las cosas". Del mismo modo, la mayor parte del Qur'án da testimonio de esta verdad.
Si fueran ciertas las vanas argumentaciones de esas almas necias y despreciables, no tendrían otra alternativa que rechazar todas estas santas palabras y alusiones celestiales. Ya que no se encontraría en la Tierra guerrero más excelente y cercano a Dios que Husayn, hijo de 'Alí; tan incomparable y sin igual era. "No había en el mundo quien le igualara o se comparara con él". Sin embargo, habrás oído lo que le sucedió: "¡Que la maldición de Dios caiga sobre el pueblo de la tiranía!"24
Si hubiera de interpretarse literalmente el versículo "Y ciertamente Nuestra hueste vencerá", es claro que no sería de ningún modo aplicable a los Elegidos de Dios y Sus huestes, por cuanto Husayn, cuyo heroísmo era manifiesto como el sol, fue vencido y subyugado, y libó por último el cáliz del martirio en Karbilá, tierra de (r)aff. Y otro tanto cabe decir del sagrado versículo "De buena gana apagarían la luz de Dios; pero Dios ha determinado perfeccionar Su luz, aunque los infieles la detesten". Si éste hubiera de interpretarse literalmente, jamás se correspondería con la verdad. Pues en cada época la luz de Dios ha sido aparentemente extinguida por los pueblos de la Tierra, y han sido apagadas por ellos las Lámparas de Dios. ¿Cómo podría, entonces, explicarse el ascendiente y soberanía de estas Lámparas? ¿Qué podría significar la potencia de la voluntad de Dios para "perfeccionar Su luz"? Como ya se ha visto, tan grande fue la enemistad de los infieles que ninguna de estas Lumbreras divinas encontró jamás lugar donde refugiarse, ni probó del cáliz de la tranquilidad. Fueron tan penosamente oprimidos, que hasta el más pequeño de los hombres infligió lo que quiso a esas Esencias del ser. Esos sufrimientos han sido observados y medidos por la gente. Luego ¿cómo puede gente así ser capaz de comprender y exponer estas palabras de Dios, estos versículos de gloria sempiterna?
Mas el propósito de estos versículos no es el que han imaginado. Antes bien, los términos "ascendiente", "poder" y "autoridad" implican una posición y significado totalmente diferentes. Por ejemplo, considera el poder penetrante de aquellas gotas de la sangre de Husayn que salpicaron la tierra. ¡Qué ascendiente e influencia ha ejercido el propio polvo sobre los cuerpos y almas de los hombres, por la santidad y potencia de esa sangre! Tanto es así, que aquel que deseaba librarse de sus males, sanaba con sólo tocar el polvo de ese santo suelo, y quienquiera que para proteger su propiedad guardase con absoluta fe y entendimiento un poco de aquella sagrada tierra en su casa, protegía todos sus bienes. Éstas son las manifestaciones externas de su poder. Y si contáramos sus virtudes ocultas, dirían de seguro: "Él ciertamente ha considerado al polvo como el Señor de los señores y ha abandonado por completo la Fe de Dios".
Además, trae a la memoria las circunstancias vergonzosas que acompañaron el martirio de Husayn. Reflexiona sobre su soledad; cómo, aparentemente, no hubo nadie que le ayudase; nadie que recogiera su cuerpo y lo sepultase. Sin embargo, ¡mira cuán numerosos son en este día quienes, desde los rincones más remotos de la Tierra, adoptan la indumentaria del peregrino y van en busca del lugar de su martirio para tocar con su cabeza el umbral de su sepulcro! ¡Tal es el ascendiente y poder de Dios! ¡Tal es la gloria de Su dominio y majestad!
No pienses que porque estas cosas han ocurrido después del martirio de Husayn toda esa gloria no ha sido de ningún provecho para él. Por cuanto esa alma santa es inmortal, vive la vida de Dios y habita en las moradas de la gloria celestial en el Sadrih de la divina reunión. Esas Esencias del ser son los luminosos Modelos del sacrificio. Han ofrecido y continuarán ofreciendo sus vidas, sus bienes, sus almas, su espíritu, todo, en el sendero del Bienamado. Ninguna posición, por muy exaltada que sea, puede ser más apreciada para ellos. Pues los amantes no tienen otro deseo que la complacencia de su Amado, ni otro fin salvo su reunión con Él.
Si deseáramos comunicarte un vislumbre de los misterios del martirio de Husayn y revelarte sus frutos, estas páginas no serían nunca suficientes ni agotarían su significado. Es Nuestro deseo que, Dios mediante, sople la brisa de la misericordia, y la Primavera divina adorne el árbol del ser con el manto de nueva vida, de modo que podamos descubrir los misterios de la Sabiduría divina y, mediante Su providencia, nos hagamos independientes del conocimiento de todas las cosas. Hasta ahora apenas hemos visto un puñado de almas, desprovistas de todo renombre, que han alcanzado esta posición. El futuro mostrará lo que ordene el Juicio de Dios y revele el Tabernáculo de Su decreto. De este modo te referimos las maravillas de la Causa de Dios y vertemos en tus oídos los acordes de la melodía celestial, para que quizás alcances la posición del verdadero conocimiento y pruebes de su fruto. Por tanto, ten la certeza de que esas Lumbreras de majestad celestial, aunque su habitación sea el polvo, su verdadera morada es la sede de la gloria en los reinos de lo alto. Aunque están privados de todo el bien terrenal, vuelan por los reinos de riquezas insondables. Y en tanto que sufren dolorosamente en manos del enemigo, están sentados a la diestra del poder y del dominio celestial. En la lobreguez de su humillación brilla sobre ellos la luz de la gloria inmarcesible; y sobre su impotencia se vierten las señales de invencible soberanía (1).
Incluso, Seres exaltados que no son Manifestaciones de Dios como el Imán Husayn tienen soberanía, ¡que conmovedor fue su martirio!, Bahá’u’lláh dice de él:
“Si fueran ciertas las vanas argumentaciones de esas almas necias y despreciables, no tendrían otra alternativa que rechazar todas estas santas palabras y alusiones celestiales. Ya que no se encontraría en la Tierra guerrero más excelente y cercano a Dios que Husayn, hijo de 'Alí; tan incomparable y sin igual era. "No había en el mundo quien le igualara o se comparara con él". Sin embargo, habrás oído lo que le sucedió: "¡Que la maldición de Dios caiga sobre el pueblo de la tiranía!"
Si hubiera de interpretarse literalmente el versículo "Y ciertamente Nuestra hueste vencerá", es claro que no sería de ningún modo aplicable a los Elegidos de Dios y Sus huestes, por cuanto Husayn, cuyo heroísmo era manifiesto como el sol, fue vencido y subyugado, y libó por último el cáliz del martirio en Karbilá, tierra de Taff. Y otro tanto cabe decir del sagrado versículo "De buena gana apagarían la luz de Dios; pero Dios ha determinado perfeccionar Su luz, aunque los infieles la detesten". Si éste hubiera de interpretarse literalmente, jamás se correspondería con la verdad. Pues en cada época la luz de Dios ha sido aparentemente extinguida por los pueblos de la Tierra, y han sido apagadas por ellos las Lámparas de Dios. ¿Cómo podría, entonces, explicarse el ascendiente y soberanía de estas Lámparas? ¿Qué podría significar la potencia de la voluntad de Dios para "perfeccionar Su luz"? Como ya se ha visto, tan grande fue la enemistad de los infieles que ninguna de estas Lumbreras divinas encontró jamás lugar donde refugiarse, ni probó del cáliz de la tranquilidad. Fueron tan penosamente oprimidos, que hasta el más pequeño de los hombres infligió lo que quiso a esas Esencias del ser. Esos sufrimientos han sido observados y medidos por la gente. Luego ¿cómo puede gente así ser capaz de comprender y exponer estas palabras de Dios, estos versículos de gloria sempiterna?
Mas el propósito de estos versículos no es el que han imaginado. Antes bien, los términos "ascendiente", "poder" y "autoridad" implican una posición y significado totalmente diferentes. Por ejemplo, considera el poder penetrante de aquellas gotas de la sangre de Husayn que salpicaron la tierra. ¡Qué ascendiente e influencia ha ejercido el propio polvo sobre los cuerpos y almas de los hombres, por la santidad y potencia de esa sangre! Tanto es así, que aquel que deseaba librarse de sus males, sanaba con sólo tocar el polvo de ese santo suelo, y quienquiera que para proteger su propiedad guardase con absoluta fe y entendimiento un poco de aquella sagrada tierra en su casa, protegía todos sus bienes. Éstas son las manifestaciones externas de su poder. Y si contáramos sus virtudes ocultas, dirían de seguro: "Él ciertamente ha considerado al polvo como el Señor de los señores y ha abandonado por completo la Fe de Dios".
Además, trae a la memoria las circunstancias vergonzosas que acompañaron el martirio de Husayn. Reflexiona sobre su soledad; cómo, aparentemente, no hubo nadie que le ayudase; nadie que recogiera su cuerpo y lo sepultase. Sin embargo, ¡mira cuán numerosos son en este día quienes, desde los rincones más remotos de la Tierra, adoptan la indumentaria del peregrino y van en busca del lugar de su martirio para tocar con su cabeza el umbral de su sepulcro! ¡Tal es el ascendiente y poder de Dios! ¡Tal es la gloria de Su dominio y majestad!
No pienses que porque estas cosas han ocurrido después del martirio de Husayn toda esa gloria no ha sido de ningún provecho para él. Por cuanto esa alma santa es inmortal, vive la vida de Dios y habita en las moradas de la gloria celestial en el Sadrih de la divina reunión. Esas Esencias del ser son los luminosos Modelos del sacrificio. Han ofrecido y continuarán ofreciendo sus vidas, sus bienes, sus almas, su espíritu, todo, en el sendero del Bienamado. Ninguna posición, por muy exaltada que sea, puede ser más apreciada para ellos. Pues los amantes no tienen otro deseo que la complacencia de su Amado, ni otro fin salvo su reunión con Él.
Si deseáramos comunicarte un vislumbre de los misterios del martirio de Husayn y revelarte sus frutos, estas páginas no serían nunca suficientes ni agotarían su significado. Es Nuestro deseo que, Dios mediante, sople la brisa de la misericordia, y la Primavera divina adorne el árbol del ser con el manto de nueva vida, de modo que podamos descubrir los misterios de la Sabiduría divina y, mediante Su providencia, nos hagamos independientes del conocimiento de todas las cosas. Hasta ahora apenas hemos visto un puñado de almas, desprovistas de todo renombre, que han alcanzado esta posición. El futuro mostrará lo que ordene el Juicio de Dios y revele el Tabernáculo de Su decreto. De este modo te referimos las maravillas de la Causa de Dios y vertemos en tus oídos los acordes de la melodía celestial, para que quizás alcances la posición del verdadero conocimiento y pruebes de su fruto. Por tanto, ten la certeza de que esas Lumbreras de majestad celestial, aunque su habitación sea el polvo, su verdadera morada es la sede de la gloria en los reinos de lo alto. Aunque están privados de todo el bien terrenal, vuelan por los reinos de riquezas insondables. Y en tanto que sufren dolorosamente en manos del enemigo, están sentados a la diestra del poder y del dominio celestial. En la lobreguez de su humillación brilla sobre ellos la luz de la gloria inmarcesible; y sobre su impotencia se vierten las señales de invencible soberanía.
Y el Báb, en Su Qayyúmu’l Asmá’:
Dentro de poco castigaremos, en verdad, a quienes declararon la guerra a Husayn (Imán Husayn), en la Tierra del Eufrates, con el mayor de los tormentos y el más horrendo y ejemplar de los castigos...
Dios conoce bien el corazón de Husayn, el calor de su sed ardiente y su largo sufrimiento por Dios, el Incomparable, el Antiguo de los Días; Dios es, en verdad, su testigo. (Capítulo XII)
Verdaderamente, Dios ha privado de su gracia a quien martirizó a Husayn, nuestro antepasado, solo y abandonado como estaba en la tierra de Taff (Karbilá). Yazíd, el hijo de Mu'ávíyih, a causa de un deseo corrupto, entregó la cabeza de José, el fiel, a las gentes malvadas, a cambio de una porción pequeña e insignificante de su propiedad. En realidad, repudiaron a Dios cometiendo un grave error. Dentro de poco Dios descargará su venganza sobre ellos, a la hora de nuestro Regreso y de cierto El les ha preparado un cruel tormento en la vida futura. (Capítulo XXI).
Fuente y referencia;
1.-Pág.- 81-82.Libro de la Certeza. (Kitab-i- Iqan) obra doctrinaria de preeminencia inigualada. Es Revelado por Bahá´u´llah (La Gloria de Dios), en el año 1862 en la ciudad de Bagdad.
Lima Perú, 18 de octubre 2007 por Gerson Elías
Has de saber, oh buscador inquisitivo, que no es de ningún valor la soberanía terrenal, ni lo será nunca, a los ojos de Dios y Sus elegidos. Por otra parte, si se interpretara el ascendiente y dominio como supremacía terrenal y poder temporal, cuán difícil te sería explicar estos versículos: "Y ciertamente Nuestra hueste vencerá".22 "De buena gana apagarían la luz de Dios con sus bocas; pero Dios ha determinado perfeccionar Su luz, aunque los infieles la detesten".23 "Él es el Dominador, sobre todas las cosas". Del mismo modo, la mayor parte del Qur'án da testimonio de esta verdad.
Si fueran ciertas las vanas argumentaciones de esas almas necias y despreciables, no tendrían otra alternativa que rechazar todas estas santas palabras y alusiones celestiales. Ya que no se encontraría en la Tierra guerrero más excelente y cercano a Dios que Husayn, hijo de 'Alí; tan incomparable y sin igual era. "No había en el mundo quien le igualara o se comparara con él". Sin embargo, habrás oído lo que le sucedió: "¡Que la maldición de Dios caiga sobre el pueblo de la tiranía!"24
Si hubiera de interpretarse literalmente el versículo "Y ciertamente Nuestra hueste vencerá", es claro que no sería de ningún modo aplicable a los Elegidos de Dios y Sus huestes, por cuanto Husayn, cuyo heroísmo era manifiesto como el sol, fue vencido y subyugado, y libó por último el cáliz del martirio en Karbilá, tierra de (r)aff. Y otro tanto cabe decir del sagrado versículo "De buena gana apagarían la luz de Dios; pero Dios ha determinado perfeccionar Su luz, aunque los infieles la detesten". Si éste hubiera de interpretarse literalmente, jamás se correspondería con la verdad. Pues en cada época la luz de Dios ha sido aparentemente extinguida por los pueblos de la Tierra, y han sido apagadas por ellos las Lámparas de Dios. ¿Cómo podría, entonces, explicarse el ascendiente y soberanía de estas Lámparas? ¿Qué podría significar la potencia de la voluntad de Dios para "perfeccionar Su luz"? Como ya se ha visto, tan grande fue la enemistad de los infieles que ninguna de estas Lumbreras divinas encontró jamás lugar donde refugiarse, ni probó del cáliz de la tranquilidad. Fueron tan penosamente oprimidos, que hasta el más pequeño de los hombres infligió lo que quiso a esas Esencias del ser. Esos sufrimientos han sido observados y medidos por la gente. Luego ¿cómo puede gente así ser capaz de comprender y exponer estas palabras de Dios, estos versículos de gloria sempiterna?
Mas el propósito de estos versículos no es el que han imaginado. Antes bien, los términos "ascendiente", "poder" y "autoridad" implican una posición y significado totalmente diferentes. Por ejemplo, considera el poder penetrante de aquellas gotas de la sangre de Husayn que salpicaron la tierra. ¡Qué ascendiente e influencia ha ejercido el propio polvo sobre los cuerpos y almas de los hombres, por la santidad y potencia de esa sangre! Tanto es así, que aquel que deseaba librarse de sus males, sanaba con sólo tocar el polvo de ese santo suelo, y quienquiera que para proteger su propiedad guardase con absoluta fe y entendimiento un poco de aquella sagrada tierra en su casa, protegía todos sus bienes. Éstas son las manifestaciones externas de su poder. Y si contáramos sus virtudes ocultas, dirían de seguro: "Él ciertamente ha considerado al polvo como el Señor de los señores y ha abandonado por completo la Fe de Dios".
Además, trae a la memoria las circunstancias vergonzosas que acompañaron el martirio de Husayn. Reflexiona sobre su soledad; cómo, aparentemente, no hubo nadie que le ayudase; nadie que recogiera su cuerpo y lo sepultase. Sin embargo, ¡mira cuán numerosos son en este día quienes, desde los rincones más remotos de la Tierra, adoptan la indumentaria del peregrino y van en busca del lugar de su martirio para tocar con su cabeza el umbral de su sepulcro! ¡Tal es el ascendiente y poder de Dios! ¡Tal es la gloria de Su dominio y majestad!
No pienses que porque estas cosas han ocurrido después del martirio de Husayn toda esa gloria no ha sido de ningún provecho para él. Por cuanto esa alma santa es inmortal, vive la vida de Dios y habita en las moradas de la gloria celestial en el Sadrih de la divina reunión. Esas Esencias del ser son los luminosos Modelos del sacrificio. Han ofrecido y continuarán ofreciendo sus vidas, sus bienes, sus almas, su espíritu, todo, en el sendero del Bienamado. Ninguna posición, por muy exaltada que sea, puede ser más apreciada para ellos. Pues los amantes no tienen otro deseo que la complacencia de su Amado, ni otro fin salvo su reunión con Él.
Si deseáramos comunicarte un vislumbre de los misterios del martirio de Husayn y revelarte sus frutos, estas páginas no serían nunca suficientes ni agotarían su significado. Es Nuestro deseo que, Dios mediante, sople la brisa de la misericordia, y la Primavera divina adorne el árbol del ser con el manto de nueva vida, de modo que podamos descubrir los misterios de la Sabiduría divina y, mediante Su providencia, nos hagamos independientes del conocimiento de todas las cosas. Hasta ahora apenas hemos visto un puñado de almas, desprovistas de todo renombre, que han alcanzado esta posición. El futuro mostrará lo que ordene el Juicio de Dios y revele el Tabernáculo de Su decreto. De este modo te referimos las maravillas de la Causa de Dios y vertemos en tus oídos los acordes de la melodía celestial, para que quizás alcances la posición del verdadero conocimiento y pruebes de su fruto. Por tanto, ten la certeza de que esas Lumbreras de majestad celestial, aunque su habitación sea el polvo, su verdadera morada es la sede de la gloria en los reinos de lo alto. Aunque están privados de todo el bien terrenal, vuelan por los reinos de riquezas insondables. Y en tanto que sufren dolorosamente en manos del enemigo, están sentados a la diestra del poder y del dominio celestial. En la lobreguez de su humillación brilla sobre ellos la luz de la gloria inmarcesible; y sobre su impotencia se vierten las señales de invencible soberanía (1).
Incluso, Seres exaltados que no son Manifestaciones de Dios como el Imán Husayn tienen soberanía, ¡que conmovedor fue su martirio!, Bahá’u’lláh dice de él:
“Si fueran ciertas las vanas argumentaciones de esas almas necias y despreciables, no tendrían otra alternativa que rechazar todas estas santas palabras y alusiones celestiales. Ya que no se encontraría en la Tierra guerrero más excelente y cercano a Dios que Husayn, hijo de 'Alí; tan incomparable y sin igual era. "No había en el mundo quien le igualara o se comparara con él". Sin embargo, habrás oído lo que le sucedió: "¡Que la maldición de Dios caiga sobre el pueblo de la tiranía!"
Si hubiera de interpretarse literalmente el versículo "Y ciertamente Nuestra hueste vencerá", es claro que no sería de ningún modo aplicable a los Elegidos de Dios y Sus huestes, por cuanto Husayn, cuyo heroísmo era manifiesto como el sol, fue vencido y subyugado, y libó por último el cáliz del martirio en Karbilá, tierra de Taff. Y otro tanto cabe decir del sagrado versículo "De buena gana apagarían la luz de Dios; pero Dios ha determinado perfeccionar Su luz, aunque los infieles la detesten". Si éste hubiera de interpretarse literalmente, jamás se correspondería con la verdad. Pues en cada época la luz de Dios ha sido aparentemente extinguida por los pueblos de la Tierra, y han sido apagadas por ellos las Lámparas de Dios. ¿Cómo podría, entonces, explicarse el ascendiente y soberanía de estas Lámparas? ¿Qué podría significar la potencia de la voluntad de Dios para "perfeccionar Su luz"? Como ya se ha visto, tan grande fue la enemistad de los infieles que ninguna de estas Lumbreras divinas encontró jamás lugar donde refugiarse, ni probó del cáliz de la tranquilidad. Fueron tan penosamente oprimidos, que hasta el más pequeño de los hombres infligió lo que quiso a esas Esencias del ser. Esos sufrimientos han sido observados y medidos por la gente. Luego ¿cómo puede gente así ser capaz de comprender y exponer estas palabras de Dios, estos versículos de gloria sempiterna?
Mas el propósito de estos versículos no es el que han imaginado. Antes bien, los términos "ascendiente", "poder" y "autoridad" implican una posición y significado totalmente diferentes. Por ejemplo, considera el poder penetrante de aquellas gotas de la sangre de Husayn que salpicaron la tierra. ¡Qué ascendiente e influencia ha ejercido el propio polvo sobre los cuerpos y almas de los hombres, por la santidad y potencia de esa sangre! Tanto es así, que aquel que deseaba librarse de sus males, sanaba con sólo tocar el polvo de ese santo suelo, y quienquiera que para proteger su propiedad guardase con absoluta fe y entendimiento un poco de aquella sagrada tierra en su casa, protegía todos sus bienes. Éstas son las manifestaciones externas de su poder. Y si contáramos sus virtudes ocultas, dirían de seguro: "Él ciertamente ha considerado al polvo como el Señor de los señores y ha abandonado por completo la Fe de Dios".
Además, trae a la memoria las circunstancias vergonzosas que acompañaron el martirio de Husayn. Reflexiona sobre su soledad; cómo, aparentemente, no hubo nadie que le ayudase; nadie que recogiera su cuerpo y lo sepultase. Sin embargo, ¡mira cuán numerosos son en este día quienes, desde los rincones más remotos de la Tierra, adoptan la indumentaria del peregrino y van en busca del lugar de su martirio para tocar con su cabeza el umbral de su sepulcro! ¡Tal es el ascendiente y poder de Dios! ¡Tal es la gloria de Su dominio y majestad!
No pienses que porque estas cosas han ocurrido después del martirio de Husayn toda esa gloria no ha sido de ningún provecho para él. Por cuanto esa alma santa es inmortal, vive la vida de Dios y habita en las moradas de la gloria celestial en el Sadrih de la divina reunión. Esas Esencias del ser son los luminosos Modelos del sacrificio. Han ofrecido y continuarán ofreciendo sus vidas, sus bienes, sus almas, su espíritu, todo, en el sendero del Bienamado. Ninguna posición, por muy exaltada que sea, puede ser más apreciada para ellos. Pues los amantes no tienen otro deseo que la complacencia de su Amado, ni otro fin salvo su reunión con Él.
Si deseáramos comunicarte un vislumbre de los misterios del martirio de Husayn y revelarte sus frutos, estas páginas no serían nunca suficientes ni agotarían su significado. Es Nuestro deseo que, Dios mediante, sople la brisa de la misericordia, y la Primavera divina adorne el árbol del ser con el manto de nueva vida, de modo que podamos descubrir los misterios de la Sabiduría divina y, mediante Su providencia, nos hagamos independientes del conocimiento de todas las cosas. Hasta ahora apenas hemos visto un puñado de almas, desprovistas de todo renombre, que han alcanzado esta posición. El futuro mostrará lo que ordene el Juicio de Dios y revele el Tabernáculo de Su decreto. De este modo te referimos las maravillas de la Causa de Dios y vertemos en tus oídos los acordes de la melodía celestial, para que quizás alcances la posición del verdadero conocimiento y pruebes de su fruto. Por tanto, ten la certeza de que esas Lumbreras de majestad celestial, aunque su habitación sea el polvo, su verdadera morada es la sede de la gloria en los reinos de lo alto. Aunque están privados de todo el bien terrenal, vuelan por los reinos de riquezas insondables. Y en tanto que sufren dolorosamente en manos del enemigo, están sentados a la diestra del poder y del dominio celestial. En la lobreguez de su humillación brilla sobre ellos la luz de la gloria inmarcesible; y sobre su impotencia se vierten las señales de invencible soberanía.
Y el Báb, en Su Qayyúmu’l Asmá’:
Dentro de poco castigaremos, en verdad, a quienes declararon la guerra a Husayn (Imán Husayn), en la Tierra del Eufrates, con el mayor de los tormentos y el más horrendo y ejemplar de los castigos...
Dios conoce bien el corazón de Husayn, el calor de su sed ardiente y su largo sufrimiento por Dios, el Incomparable, el Antiguo de los Días; Dios es, en verdad, su testigo. (Capítulo XII)
Verdaderamente, Dios ha privado de su gracia a quien martirizó a Husayn, nuestro antepasado, solo y abandonado como estaba en la tierra de Taff (Karbilá). Yazíd, el hijo de Mu'ávíyih, a causa de un deseo corrupto, entregó la cabeza de José, el fiel, a las gentes malvadas, a cambio de una porción pequeña e insignificante de su propiedad. En realidad, repudiaron a Dios cometiendo un grave error. Dentro de poco Dios descargará su venganza sobre ellos, a la hora de nuestro Regreso y de cierto El les ha preparado un cruel tormento en la vida futura. (Capítulo XXI).
Fuente y referencia;
1.-Pág.- 81-82.Libro de la Certeza. (Kitab-i- Iqan) obra doctrinaria de preeminencia inigualada. Es Revelado por Bahá´u´llah (La Gloria de Dios), en el año 1862 en la ciudad de Bagdad.
Lima Perú, 18 de octubre 2007 por Gerson Elías
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