Saturday, July 29, 2006

El DIA de Dios

El DIA de Dios
Por Gerson Elias
Estudiando sobre las religiones monoteístas, nos muestran la unidad del propósito de todas ellas en cuatro puntos esenciales que son:
1.-Creencias en una Fuerza Suprema.
2.-creencia en la vida después de la muerte
3.-los principios morales seguidos en todas las religiones.
4.-Creencia en el día final.
Hoy tocare el tema del día final, un día que el hombre llegara a su madurez y las fuerzas del mal desaparecerán del mundo para siempre.

El Dios que camina con el hombre:
Esa antigua creencia es ahora una rosa marchita que ha perdido su gloria, pero mantiene una preciosa fragancia que todavía conmueve el corazón con maravilla y son esperanza.
Entonces cabe una pregunta?, Quien es el Dios que ha caminado con los hombre??Cuando aparece El ¿Cómo se revela así mismo?
La gente ha pensado que la religión fue algo que sucedió hace siglos, y su historia fue completa y acabada. En estos últimos cinco mil años hemos visto cuantas manifestaciones de Dios se han hecho presente a los hombres. En este orden cronografito vinieron:
Krisna, Abranham, Moisés, Zoroastro, Buda, Jesús, Muhannad, El Bab, y Bahaullah. En la página 65 del Kitab-i-Iqan, Bahaullah nos instruye así; quienes son las Lumbreras de la verdad y los Espejos que reflejan la luz de la Unidad Divina, cualquiera que sea la época o ciclo en que se les envíe a este mundo desde sus invisibles moradas de antigua gloria, para educar las almas de los hombres y dotar de gracia a todas las cosas creadas, están sin excepción provistos de un poder que todo lo somete, e investidos de soberanía invencible. Por cuanto estas Joyas ocultas, estos recónditos e invisibles Tesoros, por sí mismos, manifiestan y vindican la realidad de estas santas palabras: "Ciertamente Dios hace lo que es Su voluntad y ordena lo que es Su deseo.
El Propósito de la Religión de Dios.
Dios envío a Sus Profetas al mundo, para enseñar e iluminar al hombre, para explicarle el misterio del poder del Espíritu Santo, para ayudarlo a reflejar la luz, y para que a su vez sean la guía de otros. Los libros divinos, El Baghavad Gita, La Tora, El Zend-avesta, El Evangelio de Buda, Las Buenas Nuevas de Cristo, el Coran de Muhammad, El Bayan de El Bab y El Kitab-i-Aqdas de Bahaullah ,escrituras sagradas, han sido enviadas por Dios como guías en los senderos de la divina virtud, justicia y paz..
El Día en que Vivimos
‘Grande,en verdad es este Día ‘Las alusiones que se hacen a El en las Sagradas Escrituras como el Día de Dios atestiguan Su grandeza. l alma de cada profetas, de Cada Mensajero Divino, a añorado este maravilloso Día. Asimismo, todos los pueblos de la tierra han ansiado llegar a el. Sin embargo en cuanto se manifestó el Sol de Su Revelación en el cielo de la voluntad de Dios, todos, excepto quienes el Todopoderoso quiso guiar ,se mostraron confundidos y negligentes.”
El gran Día, el Día del Señor predicho por Moisés, Jesús ,y Muhammad seria la culminación del ciclo profético de cada religión y daría lugar al ciclo del cumplimiento de sus profetas .Seria un Día* en que el genero humano atestiguaría la llegada de dos Mensajeros Gemelos rodeado de ciertos eventos que fueron descritos en un lenguaje simbólico a manera de catástrofe para la humanidad. Hoy sabemos, por las explicaciones de Bahaullah que el significado de dichos términos era mas bien espiritual que literal, como veremos mas adelante.

La Humanidad entera tenia una cita con Dios
A través de todas las religiones se le había prometido que en un día determinado Día de los Días, Dios reuniría a todos loa hombres bajo su tabernáculo y les hablaría cara a cara. Les enjuagaría las lagrimas de los ojos y les curaría las heridas de los siglos y siglos. Esta promesa ha existido incluso entre los pueblos primitivos. Promesa que para cerrar el ciclo adámico esto es lo que dijo El sello de los Profetas.
Las figuras gemelas
Todas las religiones han estado esperando, para el tiempo del fin, dos figuras;
Zoroastrianos; Ushidar-Mah y el Sha Nahran
Islam Shiita :El Qa´im y el iman Husayn.
Islam Sunni ; El Mihdí y Jesús el Cristo.
Cristiandad: Juan el Bautista y Cristo; Elías y Cristo.
Judaísmo; El Mesías Ben José y el Mesias Ben David; Elías y el Mesías.
“Estos son los dos ungidos que están ante el Señor de toda la tierra “.Zacarías 4;14
“He aquí que os enviare al profeta Elías antes que venga el día grande y tremendo
de Yahve”. Malaquias 4;5
“He aquí que envió a mi ángel, que preparara el camino delante de Mi”Malaquias 3:1.
El Báb y Baha´u´llah son las dos manifestaciones para esta época a partir de 1844.

A continuación les trascribo lo que dice el Libro de Dios Pasa, en lo referente a las dos Manifestaciones.
El Báb La Puerta de Dios
El «Recuerdo de Dios» con relación a Quien «fue establecida aparte una Alianza con todos y cada uno de los Profetas» había cumplido a una, con Su advenimiento, la promesa de todas las épocas y principiado la consumación de todas las Revelaciones.
el «regreso de San Juan el Bautista» esperado por los cristianos,
el «regreso de Elías» anticipado por los judíos, cuya Revelación habría de mostrar «los signos y prendas de todos los Profetas», Quien habría de «manifestar la perfección de Moisés, el brillo de Jesús y la paciencia de Job»
Había aparecido, proclamó Su Causa, fue perseguido inmisericordemente y murió con gloria. -Por fin había aparecido el «Segundo ay» que menciona el Apocalipsis de San Juan el Divino, y fue enviado el primero de los dos «Mensajeros», Cuya aparición había sido profetizada en el Corán.
Por fin había resonado el primer «trompetazo», destinado a golpear la tierra con exterminio y que anunciara este último Libro. «Lo Inevitable», «la Catástrofe», «la Resurrección», «el Terremoto de la Última Hora», predichos en el mismo Libro, había cobrado realidad.
--Se había cumplido la «limpieza del Santuario», profetizada por Daniel y confirmada por Jesucristo en Su referencia a la «abominación de la desolación».
El «día cuya duración será de mil años», prevista por el Apóstol de Dios en Su Libro, había terminado.
Habíanse agotado los «cuarenta y dos meses», durante los cuales, según predijera san Juan el Divino, la «ciudad Santa» sería hollada.
El «Hombre niño», mencionado en el Libro de la Revelación, destinado a «gobernar todas las naciones con vara de hierro», había liberado, mediante Su venida, las
energías creadoras que, reforzadas por las efusiones de una Revelación infinitamente más poderosa que pronto la sucedería, habían de dotar a la raza humana entera de la capacidad de forjar su unificación orgánica, lograr la madurez y con ello alcanzar la etapa final de una era de evolución.
Habíase dado en el Qayyúmu’l-Asmá’ el toque de clarín dirigido al «concurso de Reyes y de los hijos de Reyes», el cual señalaba el comienzo de un proceso que, acelerado por los avisos posteriores de Bahá’u’lláh dirigidos a la compañía entera de los monarcas de Oriente y Occidente, habría de desatar tan amplia revolución en la suerte de la realeza.
El «orden», cuya fundación había de establecer el Prometido en el Kitáb-i-Aqdas, y cuyos rasgos trazaría el Centro de la Alianza en Su Testamento, y cuya armazón administrativa están erigiendo ahora Sus seguidores, quedó anunciado categóricamente en el Bayán persa. Se habían formulado y proclamado claramente las leyes que estaban destinadas, por un lado, a abolir de golpe los privilegios y ceremonias, las disposiciones e instituciones de una Dispensación decadente, y a colmar, por otro lado, el foso entre un sistema obsoleto y las instituciones de un Orden mundial destinado a sustituirlo*.-Pág. 55 Dios pasa.

Baha´u´llah La Gloria de Dios.
Él, Quien en tan dramáticas circunstancias hubo de sufrir el peso sobrecogedor de una Misión tan gloriosa, no era sino Aquel a Quien la posteridad aclamará, y a Quien innumerables seguidores ya han reconocido, como el Juez, el Legislador y Redentor de toda la humanidad, como el Organizador del planeta entero, el Unificador de los hijos de los hombres, el Inaugurador del tan esperado milenio, como el Originador de un nuevo «Ciclo universal», como el Establecedor de la Más Grande Paz, la Fuente de la Más Grande Justicia, como el Proclamador de la madurez de toda la raza humana, como el Creador de un nuevo Orden Mundial y el Inspirador y Fundador de una civilización mundial.

Para Israel fue nada más y nada menos que la encarnación del «Padre Sempiterno», el «Señor de las Huestes», Que había descendido «con los diez mil santos»; para la cristiandad, Cristo retornado en «la gloria del Padre», para el islam, el regreso del Imam usayn; para el islam sunní, el descenso del «Espíritu de Dios» (Jesucristo); para los
zoroástricos, el prometido ShaBahrám; para los hindúes, la reencarnación de Krishna; para los budistas, el quinto Buda.
En su nombre se combinaban los nombres del ImamHusayn, el más ilustre de entre los sucesores del Apóstol de Dios, la «estrella» más brillante que rutilaba en la «corona» que menciona el Apocalipsis de San Juan, y el del Imam ‘Alí, el Comandante de los Fieles, el
segundo de los dos «testigos» ensalzado en ese mismo Libro. Fue designado formalmente Bahá’u’lláh, apelación especialmente consignada en el Bayán persa, y que significa a una la gloria, la luz y el esplendor de Dios, y recibió el título de «Señor de Señores», el «Más
Grande Nombre», la «Antigua Belleza», la «Pluma del Altísimo», el «Nombre Oculto», el «Tesoro Preservado», «Aquel a Quien Dios hará manifiesto», la «Más Grande Luz», el «Más Grande Horizonte», el «Más Grande Océano», el «Cielo Supremo», la «Raíz Persistente», el «Autosuficiente», el «Astro del Universo», el «Gran Anuncio», el
«Interlocutor del Sinaí», el «Cribador de Hombres», el «Agraviado del Mundo», el «Deseo de las Naciones», el «Señor de la Alianza», el «Árbol más allá del cual no hay paso». Su estirpe se remontaba, por un lado, hasta Abraham (el Padre de los Fieles) a través de su esposa Katurah y, por otro lado, hasta Zoroastro, así como Yazdigird, el último rey de la dinastía sasánida. Además, era descendiente de Jesé y pertenecía, por línea de su padre, Mírzá ‘Abbás, más conocido como Mírzá Buzurg, un noble estrechamente relacionado con
los círculos ministeriales de la corte de Fat -‘Alí áh, a una de las familias más antiguas y renombradas de Mázindarán. A Él había aludido Isaías, el mayor de los profetas judíos, como la «Gloria del Señor», el «Padre Sempiterno», el «Príncipe de la Paz», el
«Maravilloso», el «Consejero», la «vara procedente del tronco de Jesé» y la
«Rama surgida de Sus raíces», Quien «será establecido sobre el trono de David», Quien «vendrá con mano fuerte», Quien «juzgará entre las naciones », Quien «golpeará la tierra con la vara de Su boca, y con el aliento de Sus labios dará muerte al malvado», y Quien «reunirá a los desperdigados de Israel, y juntará a los dispersos de Judá procedentes de los cuatro rincones de la tierra». A Él cantó David en sus salmos aclamándolo como el
«Señor de las Huestes» y «Rey de Gloria». A Él se refirió Egeo como el «Deseo de todas las naciones», y Zacarías como la «Rama» que «crecerá fuera de Su lugar» y «edificará el Templo del Señor». Ezequiel Lo ensalzó como el «Señor» que «será rey de toda la tierra», en tanto que a Su día aludieron Joel y Sefonías como el «día de Yahvé»; éste último describiéndolo como «un día de ira, un día de trances y zozobras, un día de devastación y desolación, un día de oscuridad y lobreguez, un día de nubes y espesa oscuridad, un día de trompetas y alarma contra las ciudades cercadas, y contra los altos torreones». Más aún, Ezequiel y Daniel habían aclamado dicho día como «el día del Señor» y Malaquías lo había descrito como «el día grande y temible del Señor» cuando «el Sol de la Rectitud» se «alzará con curación en Sus alas», en tanto que Daniel había declarado que Su advenimiento señalaría el final de la «abominación de la desolación».

A Su Dispensación hacen referencia los libros sagrados de los seguidores de Zoroastro como aquella en la que el sol ha de detenerse durante no menos de un mes entero. A Él debió de aludir Zoroastro cuando, de acuerdo con la tradición, predijo que un periodo de
tres mil años de conflictos y disputas debía preceder el advenimiento del Salvador del Mundo áh-Bahrám, Quien triunfaría sobre Ahriman e inauguraría una era de bendición y paz. A Él se quiere significar únicamente con la profecía atribuida al propio Gautama Buda, según la cual «un Buda llamado Maitreya, el Buda de la hermandad universal» habrá de alzarse en la plenitud de los tiempos a revelar «Su gloria ilimitada». A Él alude el Bhagavad Gita de los hindúes como el «Más Grande Espíritu», el «Décimo Avatar»,
la «Manifestación Inmaculada de Krishna».

A Él Se había referido Jesucristo como el «Príncipe de este mundo», el «Consolador», Quien «censurará al mundo del pecado, y de la rectitud y del juicio», como el «Espíritu de la Verdad», Quien «os guiará hasta toda la verdad», Quien «no hablará por Sí mismo, sino que cuanto escuche, eso hablará», como el «Señor de la Viña» y como el «Hijo del Hombre» Quien «vendrá en la gloria de Su Padre», «en las nubes del cielo con poder
y gran gloria», con «todos los santos Ángeles» a Su alrededor y «todas las naciones» reunidas ante Su trono. A Él alude el Autor del Apocalipsis como la «gloria de Dios», el «Alfa y Omega», el «Principio y Fin», «el Primero y el Último». Identificando Su Revelación con el «tercer ay», también había ensalzado Su Ley como «un nuevo cielo y una nueva tierra», como el «Tabernáculo de Dios», como la «Ciudad Santa», la
«Nueva Jerusalén, venida del cielo de parte de Dios, preparada como una novia engalanada para su esposo». A Su Día Se había referido el propio Jesucristo como «la regeneración, cuando el Hijo del Hombre Se sentará en el trono de Su gloria». A la hora de Su venida se había referido san Pablo como la hora del «último trompetazo», el «trompetazo de Dios», en tanto que san Pedro había hecho mención de ella como
el «Día de Dios, cuando los cielos incandescentes se disolverán, y los elementos
se fundirán por el calor rusiente». Además ha descrito Su Día como «la hora del recrearse», «la hora de la restitución de todas las cosas, de la que Dios habló por boca de todos Sus santos Profetas desde que empezó el mundo».


A Él había aludido Muhammad, el Apóstol de Dios, en Su Libro como el «Gran Anuncio» y había declarado Su Día como el Día en que «Dios» descenderá «recubierto de nubes», el Día en que «tu Señor vendrá y los ángeles, fila tras fila» y «El Espíritu Se alzará y los ángeles se alinearán en orden». En ese Libro, Su advenimiento ha sido previsto por Él, en
un sura denominado «el corazón del Corán», como el «tercer» Mensajero, enviado para «reforzar» a los dos que Le precedieron. A Su Día, en las páginas de ese mismo Libro, ha rendido un cálido tributo, glorificándolo como el «Gran día», el «Último Día», el «día de Dios», el «día del Juicio», el «día de las Cuentas», el «Día del Mutuo Engaño», el «Día de la Separación», el «Día del «Suspiro», el «Día de la Reunión», el Día «en que
el Decreto será cumplido», el Día en que resonará el segundo «trompetazo », el «Día en que la humanidad estará de pie ante el Señor del mundo» y «todos acudirán ante Él con humildad», el Día en que «verás las montañas, que crees tan firmes, desaparecer al paso de una nube», el Día «en que se rendirán cuentas», «el Día venidero, cuando los corazones de los hombres se alzarán hasta sus gargantas y los sofocarán», el Día en que «todos los que están en los cielos y todos los que están en la tierra sufrirán el terror, excepto
aquellos a los que Dios desee librar», en que «toda mujer que amamante abandonará a su criatura de pecho, en que toda mujer que lleve una carga en la matriz arrojará su carga», el Día «en que la tierra brillará con la luz de su Señor, y el Libro quedará dispuesto, y los Profetas y los testigos comparecerán; y el juicio se pronunciará sobre ellos con equidad; y nadie sufrirá agravio». La plenitud de Su gloria fue comparada por el Apóstol de Dios,
tal como atestigua el propio Bahá’u’lláh, con el «plenilunio en su decimocuarta
noche». De acuerdo con el mismo testimonio, Su estación fue identificada por el Imam ‘Alí, el Comandante de los Fieles, con «Aquel Que conversó con Moisés desde la zarza ardiente en el Sinaí». Sobre el carácter trascendental de Su misión dio testimonio, de nuevo de acuerdo con Bahá’u’lláh, el Imam usayn como «una Revelación cuyo Revelador será Aquel Que reveló» al Apóstol de Dios mismo.



Bibliografía
Libro Dios Pasa. Por Shoghi Efendi.
El gran día de Dios .por R. Mehrabkhani
Ladrón en la Noche por William Sears
Lima 28 julio, de 2006-Gerson Elías

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